El amor es uno de las fuerzas más intensas que gobiernan el barco de nuestro sentimientos. Nos vuelve locos cuando caemos en él y más aún cuando nos vemos forzados a abandonarlo. Nos hace enfermar, nos emborracha y nos ciega.
Muchas veces nos encantaría tener la posibilidad de decidir respecto a nuestros sentimientos, elegir a quien amar, elegir a quien dejar de odiar, intentar ser ajenos a esos sentimientos que nos reconcomen y no nos dejan vivir.
Pero, ¿qué pensarías si te dijese que el amor puede que tenga un interruptor con el que se pueda encender y apagar?
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Pues sí, no se trata de ninguna broma. De hecho, bastantes psicólogos sugieren que con la ayuda de algunas estrategias cognitivas y conductuales podríamos ser capaces de dirigir nuestros sentimientos.
Resulta que los autores de un nuevo estudio afirman que es posible la "regulación del amor". Al parecer, con la ayuda de unas técnicas de regulación, podríamos impulsar la pasión si los sentimientos de amor disminuyen en relaciones a largo plazo o después de una situación de angustia. Gracias a estas técnicas podríamos sofocar nuestros sentimientos y apuntar hacia unas nuevas perspectivas románticas.
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Los investigadores, Sandra Langeslag, de la Universidad de Missouri, y Jan van Strien, de la Universidad de Rotterdam, examinaron a 40 participantes en un estudio completamente novedoso. Para el experimento, cada participante debía presentar 30 fotos de su pareja sentimental actual, o de su ex en el caso de que hubiesen salido recientemente de una relación.
A cada uno se les pidió que intentasen regular sus sentimientos amorosos mediante la técnica de la "reevaluación". Para realizar esta técnica era necesario que viesen una presentación con todas las imágenes e intentaran centrarse en un aspecto positivo o negativo de la persona que veían para aumentar o disminuir el aprecio que sentían hacia ese individuo.
¿Cuáles fueron los resultados? Bueno, en efecto, los sentimientos de los participantes fluctuaron bastante tras realizar la prueba. Es más, las mediciones de ondas cerebrales demostraron que esto no se trataba solo de una ilusión: las ondas cerebrales que muestran cómo de importante es un estimulo emocional para una persona se vio reducida para aquellas personas que realizaron una regulación negativa y se vio ligeramente mejorada después de la regulación positiva.
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"La idea de que podemos controlar el amor tiene mucho sentido porque ya está comprobado que podemos regular otras muchas emociones", dice la Dra. Holly Parker, profesora de psicología en la Universidad de Harvard.
Parker sostiene que existen muchas evidencias de que podemos cambiar dramáticamente cómo vemos algo o cómo vemos a alguien simplemente basándonos en cómo enmarcamos nuestra perspectiva.
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Este no es ninguna idea novedosa, muchísimos psicólogos han defendido que nuestra mente podría ser capaz de controlar ciertas emociones, algo que podría chocar a priori si pensamos en cuál es la razón entonces por la que no se ha investigado al respecto hasta ahora.
Al parecer, las investigaciones dirigidas a la regulación emocional, dice Gross, han tendido a concentrarse en estrategias para regular emociones negativas como la ira y la ansiedad, dejando de lado a emociones positivas como el amor. Además, todavía no se tiene mucha idea sobre lo que es realmente el amor. Muchos psicólogos se refieren al amor no tanto como una emoción en sí, sino como un estado de motivación que recoge una gran variedad de emociones que van desde la felicidad a los celos. El amor no es una emoción "pura" o "básica", dice Gross.
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"Con tan solo un estudio realizado en una población de 40 participantes, es necesario que se realicen más investigaciones al respecto. Estudios futuros podrán medir aspectos objetivos adicionales, como el reconocimiento de la expresión facial para confirmar las mediciones de las ondas cerebrales", dice Gross.
Así que ya sabes, puedes intentar pasar todo un fin de semana intentando tratar tu problema amoroso con la ayuda de un PowerPoint, aunque yo no prometería nada.
