A principios de este mes, un caballo de 8 años de edad de Nueva Zelanda cayó en una zanja de drenaje quedando completamente atrapado y sin opción de salida.
Allí permaneció el animal completamente aterrado durante toda la noche esperando a que alguien acudiese a liberarlo.
Al amanecer, sus dueños dieron con él y llamaron a un equipo de rescate para intentar acabar con el sufrimiento del pobre animal.
Las operaciones de rescate de estas características suelen ser muy peligrosas ya que durante las mismas se originan reflejos de lucha o huida por parte de los animales que pueden dañar a las personas.
Tal y como comentaba el jefe de la operación de rescate, "si el animal ve que tiene la posibilidad de escapar intentará liberarse. Por eso mismo trabajar con un animal de 500 kg en lugares muy cerrados plantea un enorme riesgo".
Afortunadamente, el equipo fue capaz de ganarse la confianza del caballo atrapado y hacer que esta trágica historia tuviese un final feliz.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
A principios de mes, este hermoso caballo caminaba tranquilamente por el campo hasta que cayó por accidente a una zanja de más de 2 metros de profundidad, dejándole totalmente inmovilizado y aterrorizado.
Después de intentar escapar de aquella trampa mortal durante horas, el animal sucumbió al cansancio y la deshidratación provocada por el esfuerzo y se vio obligado a permanecer en aquel estrecho lugar durante toda la noche esperando a que alguien pudiese rescatarle.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
Por la mañana, sus propietarios lo encontraron y llamaron al equipo de emergencias veterinarias de la Universidad de Massey de inmediato solicitando un rescate.
Este rescate planteaba grandes riesgos ya que la extrema estrechez de la zanja que aprisionaba tanto al caballo hacía que el mero hecho de respirar o moverse fuese una tarea casi imposible.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
El equipo de rescate estuvo excavando durante horas haciendo lo posible para darle algo de espacio a la pobre criatura.
El simple hecho de excavar ya era algo bastante estresante ya que cualquier movimiento en falso podía hacer que la zanja colapsase y atrapase aún más al caballo en el barro.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
Las dimensiones del animal y el peligro que conllevaba acercarse al mismo hacía que la tarea de rescate fuese algo realmente complicado.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
Por este motivo, el servicio de rescate veterinario vio adecuado sedar al animal.
"Todos llevamos equipo de protección y arneses para poder salir de ahí rápidamente si el animal se agita y comienza a ponerse nervioso", comentaba el jefe de la operación.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
El equipo de rescate entrena con regularidad multitud de situaciones en diferentes escenarios para poder tener éxito en estas ocasiones.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
Para entrenar situaciones con animales de grandes dimensiones tienen un maniquí del tamaño de un caballo de 250 kg.
Muchos de los componentes del equipo son veterinarios, llegando a sumar más de 70 años de experiencia en conjunto.
Sin ninguna duda, la actuación de este increíble equipo de rescate era el milagro que estaba esperando el pobre animal.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
A pesar de las terribles circunstancias, el equipo de rescate confiaba en su formación y no pararon de trabajar ni un minuto hasta que consiguieron liberar a la asustada criatura de su trampa mortal.
Facebook / Massey University Veterinary Emergency Response Team
Por suerte para el animal, el equipo fue capaz de hacerse con su confianza y demostrarle que estaban allí para salvarlo.
Tras estar 15 minutos en libertad, el caballo pudo ponerse en pie y comenzar con su recuperación.
Superar la situación de estrés que vivió bajo aquella circunstancia le llevará tiempo pero seguro que con un poco de cariño será capaz de recuperarse.
