Cuando el perro pastor de Shetland de 10 años de edad llamado Ollie entró en parálisis un día misteriosamente, sus dueños pensaron que iban a tener que sacrificarlo. Se derrumbaron ante la idea de perder a su mejor amigo, pero simplemente no había nada que pudieran hacer.
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Pero a medida que el veterinario se preparaba para el procedimiento, se dieron cuenta de algo que hizo detenerlo todo... Todos los dueños de perros deberían ver esto.
Ollie era un perro sano, feliz, que le gustaba jugar, estar al aire libre e ir a acampar con su familia. Pero después de un viaje, de repente parecía muy cansado. Fue entonces cuando sus propietarios, Joelle y Al Meteney, lo llevaron al veterinario. El veterinario no pudo determinar que le pasaba a Ollie, incluso después de múltiples pruebas. Con el tiempo, Ollie quedó completamente paralítico, hasta el punto que ni siquiera podía comer o ir al baño por su cuenta.
Dove Lewis Emergency Animal Hospital
Los dueños se derrumbaron. Parecía que su única opción era sacrificar a Ollie, por lo que pidieron cita en el Hospital de Emergencia Animal DoveLewis para seguir adelante con el procedimiento. Pero a medida que el veterinario comenzó a consolar al perro por rascarse detrás de las orejas, de repente sintió un pequeño bulto.
Dove Lewis Emergency Animal Hospital
Resultó que el bulto era una garrapata. El veterinario recordó algo acerca de este tipo de parálisis, que provoca problemas neurológicos a los perros. Es una enfermedad poco frecuente, pero sin duda parecía que eso era lo que le estaba pasando a Ollie, por lo que afeitaron completamente el cuerpo de Ollie para asegurarse de que su pelaje no ocultaba cualquier otra garrapata.
Dove Lewis Emergency Animal Hospital
¡Menos mal que se dieron cuenta a tiempo! Afortunadamente al final esta historia tuvo un final feliz, pero podría haber acabado realmente mal si no hubiesen descubierto la garrapata que se encontraba escondida tras la oreja de Ollie.
