El calor que tu piel soporta bajo el sol puede tener efectos secundarios además de la sudoración. Es importante que detectes esas imperfecciones que debes coger a tiempo para tratarlas y que no te dejen marcas en la piel.
Los granitos son el efecto más visible del calor en nuestra piel, igual que las manchas provocadas por el sol. Aunque no lo sepas, tu piel está expuesta todos los días a diversos factores que pueden acabar con tu salud cutánea.
Nada de maquillaje para la playa, al mezclarlo con la crema solar puede ser una bomba explosiva para tu cutis. Si además le añades el sudor, pueden salirte espinillas en la piel, provocándote rojeces y picores.
Ten mucho cuidado con el aire en el trabajo o en casa, asegúrate de no estar sudando cuando esté puesto. Tu cuerpo experimenta un cambio bastante brusco de temperatura, por lo que puede provocarte la salida de ciertas imperfecciones en tu piel.
No hablemos de la contaminación, al sudar tus poros se abren y son capaces de absorber cualquier partícula que esté en el aire. Intenta andar por la sombra para evitar que el sudor te provoque eczemas o rojeces.
Para evitar que todo esto pase, empieza por la alimentación, cuídala y prepara platos que te refresquen y se centren en el cuidado y rejuvenecimiento de la piel. Evita el sol directamente en la cara durante mucho tiempo si no llevas protección aplicada.
Las cremas y perfumes con bases de aceite pueden obstruir tus poros y causarte más daño del que debería, así que pásate a las aguas de colonia y a cremas más ligeras con algo de protección cuando vayas a salir.
Cuida tu piel porque tiene mucha memoria, y son ciertas cosas que estás a tiempo de evitar. No te pongas mucho rato seguido al sol, descansa en la sombra cada cierto tiempo y ¡protégete!, vas a disfrutar mucho más del calor.
