Siempre se ha usado la expresión ‘Como perros y gatos’ para referirse a personas que se pelean y se llevan mal, pero lo cierto es que no todos los perros y gatos se llevan mal. Depende mucho de cómo hayan sido criados, de cuánto tiempo se hayan visto y sobre todo, al igual que ocurre con las personas, si conectan inmediatamente a primera vista.
Gina, es una chica que ha querido compartir su historia para acabar con los prejuicios existentes entre perros y gatos.
Al parecer una amiga le pidió a Gina que cuidara a su gato mientras ellas se iba a un campamento a la marina. Estaba en el trabajo cuando su compañera de piso le escribió diciendo que la gata parecía encontrarse mal, ya que no paraba de maullar y quejarse. Para cuando Gina llegó a casa la gata parecía estar de nuevo perfectamente.
Tan sólo una semana después de ese incidente Gina escuchó unos ruidos extraños que provenían de la sala donde estaba la gata durmiendo. Se acercó y descubrió que había 7 crías de gatitos recién nacidos.
Todos estaban perfectamente sanos y en seguida, uno de los perros que tenían en casa, Archer, se mostró interesado en los pequeños. Gina vigiló que no quisiera hacerles nada antes de dejarlo acercarse completamente a ellos.
Fue entones cuando vio que el perro les lamía y los seguía a cualquier lado de la casa asegurándose de que no les pasaba nada. Al parecer Archer incluso aparta a los otros perros para que no se acerquen a ellos.
Gina ha contado que el perro incluso un día cogió con su boca a dos de los gatitos y los llevó a la cama donde estaba ella para que pasaran tiempo juntos. La gata parece realmente feliz de haber encontrado a un padre para sus pequeños y permite que Archer siempre juegue con ellos.
Gina se quedó con uno de los gatos y se aseguró de encontrarle hogar a los otros. Tres años después Fred, el gatito, y Archer siguen siendo mejores amigos.
Esta historia nos muestra como las relaciones pueden ir mucho más allá de los prejuicios, ya sea entre animales o entre humanos.