Da igual si estás con amigos o con compañeros de trabajo, ya que a veces al tener que tomar decisiones importantes o estar todo el día en contacto en situaciones de estrés pueden llevar a que se creen tensiones o malentendidos que es mejor evitar a toda costa.
El hecho de meterte en una pelea solo te va a dar dolores de cabeza y malos ratos. Si no puedes controlar tus impulsos, te vamos a dar una serie de consejos para que evites esos conflictos.
Controlar el mal genio es clave para no entrar en pelea
El primer consejo es que intentes no darle tanta importancia a todo. En cuanto liberas tu mente y eres más flexible con los demás, vas a dejar de cabrearte tanto y por tanto no entrarás en conflito.
Tu actitud va a ser totalmente determinante en este asunto. Si estás a la defensiva y fijándote en todo lo que hacen mal lo demás, lo más seguro es que acabes en peleas. Recuerda siempre que a veces es mejor callarse, respirar y tener paciencia que entrar al trapo y acabar lastimado.
Si no puedes evitar llamar la atención sobre algo que en tu opinión está mal o es injusto, intenta hacerlo siempre con la mayor educación posible. Los modales van a determinar mucho si entras en pelea o no.
Si expones tus pensamientos de forma ordenada, sin gritos y faltas de respeto, lo más seguro es que tu oponente haga lo mismo. Mientras que si hablas con mala educación o con chulería, quien te escuche hará lo mismo para no sentirse humillado.
Perder los nervios con la otra persona empeorará la situación
Tienes que identificar la raíz del problema e intentar solucionarlo, no te vayas por otros temas que poco tienen que ver. Si estás intentando tomar una decisión y no llegáis a un acuerdo, intenta negociar de la mejor manera posible, sin ser hostil ni agresivo, porque sino la cosa se pondrá muy fea.
No pierdas los nervios si la situación no llega a donde tú querías, acepta la derrota si sucede, porque es lo más maduro que puedes hacer. No trates de zanjar el tema cuando las cosas no salen como tú quieres porque lo único que vas a conseguir es empeorar gravemente el asunto.
Si habéis tenido una pequeña disputa, sé sincero con tu oponente y pídele las disculpas pertinentes. Procura que quede claro que en el futuro estas cosas no volverán a pasar e intenta partir desde 0.
