Es muy fácil quedar atrapado en las preocupaciones de la vida cotidiana. Tendemos a utilizar todo el potencial que nos brinda nuestro cerebro en tareas equivocadas. Somos realmente buenos en perder noches enteras pensando en pequeños problemas sin importancia.
¿Qué es lo que realmente importa en la vida?, ¿Tienes una idea? Muchos de nosotros pasamos horas y horas en profunda auto-reflexión con la esperanza de encontrar alguna respuesta, pero parece que hasta que no vivimos alguna situación de extremo peligro no somos capaces de verlo con claridad. No se trata de cuánto tiempo vives sino de cómo vives ese tiempo.
Lee la carta que un chico de 24 años escribió cuando tan solo le quedaban unos meses de vida. Llegará el momento en el que echemos la vista atrás y estemos contentos por haber vivido una vida creada a partir de las decisiones que tuvimos el valor de tomar y no por aquellas que fuimos incapaces de llevar a cabo.
«Tengo 24 años y sin embargo acabo de elegir mi última corbata. Es la que llevaré en mi funeral de aquí a unos meses. Puede que no pegue con el traje pero creo que es perfecta para la ocasión.
El diagnóstico del cáncer llegó demasiado tarde para darme al menos un rayo de esperanza de seguir con mi vida, aunque me he dado cuenta de que lo más importante acerca de la muerte es afrontarla sabiendo que dejas un mundo mejor del que conociste gracias a tus acciones. La forma en la que he vivido hasta ahora, mi existencia, o más bien la pérdida de la misma, no tiene valor porque he vivido sin hacer nada importante.
Antes, había muchas cosas que llenaban mi mente. Sin embargo, cuando supe lo que me quedaba, solo se mantuvieron las que son verdaderamente importantes. Me dirijo a ti por una razón egoísta. Quiero dar sentido a mi vida compartiendo contigo lo que he descubierto.
No pierdas el tiempo en un trabajo que no disfrutas. Es obvio que no se puede tener éxito en algo que no te gusta. La paciencia, la pasión y la dedicación vienen fácilmente cuando amas lo que haces.
Es estúpido tener miedo de las opiniones de los demás. El miedo te debilita y te paraliza. Si lo permites puede crecer cada día hasta que no quede nada de ti y tan solo seas una sombra. Escucha tu voz interior y confía en ella.