Si sueles tener muchos antojos de azúcar, no te preocupes, no eres el único. Hay estudios que han demostrado que el azúcar es adictivo, por lo tanto, mientras más azúcar consumas, más difícil te resultará dejar de consumirlo.
Hay múltiples causas que justifican esta necesidad de consumir alimentos que contienen azúcar, aparte, obviamente, del hecho de que los postres y las comidas dulces estén tan ricas.
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Estas son las causas de los antojos de azúcar y las soluciones para evitarlos
1- Nuestras hormonas aman el azúcar
Cuando tenemos hambre, nuestras hormonas, en concreto la insulina, la ghrelina y el glucagón, nos piden energía. "Estas hormonas son segregadas por el estómago y los intestinos y envían señales al cerebro que controlan el hambre, los antojos y la saciedad", dice Michael Russo, cirujano del Centro Médico Orange Coast Memorial.
La glucosa y la fructosa son como la gasolina: se queman rápidamente para darle mucha energía al cuerpo. Si consumes demasiado azúcar, el cuerpo se acostumbra a estos "chutes" de energía y cada vez necesita más.
¿Cómo remediarlo?
Para evitar esto, prepárate comidas altas en proteínas para aportarle a tu cuerpo la energía necesaria y sentirte satisfecho sin necesidad de consumir dulces.
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2- Nuestro cerebro está programado para usar la glucosa como combustible
El 95% de las veces, nuestro cerebro utiliza la glucosa como combustible para el cuerpo. El otro 5% de las veces utiliza la glutamina, un aminoácido. Por ello cuando no consumimos azúcar durante varias horas, nuestro cerebro nos la pide.
¿Cómo remediarlo?
Podemos engañar a nuestro cerebro consumiendo suplementos de glutamina de 500 mg cuando sintamos antojo de azúcar, según afirma el Dr. Craig Koniver del Centro Médico de Charleston. Aún así, antes de tomar cualquier tipo de suplemento, consúltalo con tu médico para que verifique que es adecuado para ti.
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3- Consumimos dulces cuando estamos mal emocionalmente
Una gran parte de la población se refugia en la comida, sobre todo en los dulces, cuando no está bien emocionalmente. En esos momentos en los que nos vemos sobrepasados por el trabajo o hemos sufrido mal de amores, una tarrina de helado o una tableta de chocolate suele ser nuestro mejor aliado.
Esto se debe a que los dulces producen una respuesta hedónica en el hipotálamo y aumentan la dopamina, un neurotransmisor muy importante en las respuestas nerviosas de nuestro cuerpo relacionadas con la expresión de las emociones. El aumento de la dopamina puede paliar el dolor emocional. Esto es lo mismo que pasa con el alcohol y las drogas.
Un estudio demostró que las personas que estaban pasando por un mal momento preferían mucho antes un alimento dulce que las personas con un buen equilibrio emocional.
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¿Cómo remediarlo?
Debemos aprender a comer para alimentarnos bien y no para saciar nuestras emociones, es decir, comer de manera productiva y no reactiva, según afirma Dan DeFigio, entrenador personal y director de Basics and Beyond Fitness & Nutrition.
DeFigio asegura que planificar los horarios para comer y las comidas puede ayudarnos a evitar que nos refugiemos en la comida cuando nos sentimos mal.
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4- Vemos los dulces como un premio desde que somos niños
Desde que tenemos uso de razón, cuando nos comportamos bien, tenemos derecho a comernos unas chuches o algún tipo de dulce. Por ello aprendemos que cuando obtenemos algún reconocimiento nos merecemos atiborrarnos a dulces. "Para complicar aún más las cosas, el cerebro asocia los dulces con la felicidad", afirma la psicóloga Carla Marie Manly. "A nivel neurobiológico, cuando consumimos azúcar, se liberan los neuroquímicos que nos hacen sentir bien y esto refuerza aún más el ciclo de 'ansiedad, logro y recompensa'".
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¿Cómo remediarlo?
Debemos empezar a reemplazar nuestras "recompensas" en forma de dulce por alimentos saludables pero igualmente placenteros. Si no hay ningún alimento saludable que te resulte tan placentero como un dulce, puedes sustituirlo por una sesión de masaje o la realización de alguna actividad que te haga feliz.
