En el planeta, el recurso más abundante que tenemos es el agua y además, es la clave para crear cualquier cosa. Debemos ser conscientes de la importancia que tiene el agua y tomarnos este tema con seriedad ya que, sin ella, todos estaríamos muertos.
Sin embargo, hay algunas personas que se obsesionan demasiado con el agua, llegando a ser salvajes y creando productos para capitalizar tendencias de ciertos alimentos saludables, como el agua mineral negra, que quizá no sean tan saludables.
Actualmente hay personas que están pagando un precio bastante alto por agua cruda o, lo que es lo mismo, agua no tratada y sin filtrar. Esta nueva locura la apoyan ciertas personas que dudan de lo que están poniendo en nuestro agua, llegándose a gastar hasta cincuenta euros por menos de once litros de este tipo de agua.
Las personas a favor de esta tendencia afirman que los ingredientes naturales que contiene el agua antes de filtrarlos durante el proceso de tratamiento contienen muchos beneficios para la salud que nos perdemos al beber agua tratada. Sin embargo, la ciencia lo niega e incluso reconoce que el agua no tratada puede estar muy contaminada, provocándote problemas de salud después de beberla.
Afirman que las botellas de "agua cruda" podrían contener una amplia gama de problemas de salud que irían desde parásitos, E. Coli y otros virus de los cuales nos protegen normalmente con el tratamiento del agua, pero al eliminar este tratamiento, nos quedamos expuestos a miles de enfermedades.
A pesar de todas las advertencias y todas las críticas, el agua cruda está siendo un gran éxito. Se está vendiendo en botellas de vidrio. Una botella de 7 litros cuesta 30€ y la recarga unos 10€. En algunos supermercados se agotan de forma constante.
Es cierto que el agua cruda está libre de químicos al eliminar el tratamiento, pero las desventajas que tiene lo superan todo. Creo que en casa seguiremos bebiendo agua tratada.
