¿Afecta la forma en que respiramos a la manera en qué pensamos y nos sentimos?

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El hecho de respirar no sólo hace que nuestros pulmones se llenen de oxígeno y no muramos asfixiados, al parecer, también podría afectar a la forma en que pensamos y sentimos.

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Unos investigadores han descubierto que el ritmo de nuestra respiración crea actividad eléctrica en el cerebro humano, obteniendo un efecto ligeramente diferente dependiendo de si respiramos por nuestra nariz o nuestra boca, y de si inhalamos o exhalamos.

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Shutterstock/mavo

Para encontrar este vínculo entre la actividad cerebral y los patrones de respiración, los investigadores de la Universidad de Northwestern analizaron cuidadosamente los datos obtenidos en las electroencefalografías realizadas a siete pacientes con epilepsia.

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Al parecer, la actividad cerebral de los siete pacientes fueron estudiadas con el fin de descubrir el origen de sus ataques, sin embargo, los datos recogidos por las pruebas también mostraron que la actividad cerebral parecía fluctuar en sincronía con su respiración.

Esta actividad se observó en tres áreas del cerebro: la corteza piriforme (olfativa), destinada a procesar los olores; el hipocampo, encargado de controlar la memoria; y la amígdala, la cual está ligada al procesamiento emocional.

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Dayherald

"Uno de los hallazgos principales en este estudio es que se ha descubierto la existencia de una diferencia muy significativa en la actividad cerebral que se da en la amígdala y el hipocampo durante la inhalación en comparación con la exhalación", dice la neuróloga Christina Zelano.

"Cuando respiramos, estamos estimulando neuronas en la corteza olfativa, la amígdala y el hipocampo a través del sistema límbico".

Los investigadores descubrieron que la estimulación parecía estar limitada a los momentos en que los pacientes inhalaban, y sólo cuando lo hacían por la nariz y no por la boca.

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Con el objetivo de realizar más ensayos, los investigadores reclutaron a 70 participantes de entre 18 y 30 años para realizar un experimento de comportamiento.

Durante la prueba, los participantes tenían que tomar decisiones en muy poco tiempo para determinar si las imágenes que se les mostraban durante una fracción de segundo mostraban un rostro que expresaba temor o sorpresa.

NorthwesternU

El objetivo era estudiar exhaustivamente cómo la amígdala, la cual interviene en la interpretación de las expresiones faciales, se veía afectada por la exhalación e inhalación así como por la respiración desde la boca o la nariz.

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Los resultados del equipo sugerían que los participantes fueron una fracción de segundo más rápidos en reconocer rostros temerosos durante la inhalación, pero sólo si respiraban por la nariz. Por el contrario, no se observó ninguna ventaja en el reconocimiento de rostros de sorpresa.

En otra prueba de memoria independiente diseñada para medir la actividad en el hipocampo, a 42 de los participantes se les mostraron imágenes de objetos en un ordenador que más tarde debían recordar.

Tras la prueba, el grupo que observó las imágenes mientras inhalaba obtuvo un mejor resultado recordando objetos con respecto al grupo que observó las imágenes mientras exhalaban.

En este momento, los investigadores sólo han descubierto la existencia de una relación entre la respiración y la actividad cerebral, desgraciadamente, sin más pruebas y ensayos más precisos y prolongados, es imposible averiguar qué ocurre exactamente en nuestro cerebro.

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El equipo sugiere que nuestras funciones cognitivas podrían ser estimuladas por la inhalación cuando estamos en situaciones peligrosas, momento en el que nuestra respiración se acelera naturalmente y nos da la capacidad de reaccionar ante los peligros con más rapidez o eficacia.

Otros estudios realizados con anterioridad han demostrado que las tasas respiratorias normales son de 12 a 18 respiraciones por minuto para un adulto, aunque podría sobrepasar temporalmente las 20 respiraciones por minuto si entrásemos en pánico.

"Si entras en un estado de pánico, el ritmo respiratorio se vuelve más rápido, haciendo que pasemos más tiempo inhalando que cuando estas en un estado de calma", dice Zelano.

"De esta manera, parece razonable que la respuesta innata de nuestro cuerpo sea la de respirar más rápido ante un símbolo de peligro para conseguir unos tiempos de respuesta más rápidos".

Puedes obtener más información a cerca del estudio en el siguiente vídeo:

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Fuente: Sciencealert, Northwestern Imagen de portada: María Pérez para rolloid
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