9 Cosas que cambiaron en mi tras la muerte de mis padres

9 Cosas que cambiaron en mi tras la muerte de mis padres

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La relación que tiene un niño con sus padres es única e incomparable. Ellos siempre están ahí para apoyarnos cuando pasamos por situaciones difíciles y nos dan ánimos cuando atravesamos malos momentos. Nunca nos defraudan y el amor incondicional que recibimos de ellos no conoce límites.

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Tras la muerte de sus padres, Lisa Schmidt, una experimentada entrenadora de relaciones, decidió escribir una carta en su honor donde expresaba lo que realmente sentía en ese momento. En la carta, Lisa nos muestra cómo afectó aquel duro acontecimiento en su vida diaria, en su forma de pensar y en la forma de afrontar el resto de sus día.

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"No creo que haya nada que pueda prepararte ante la pérdida de alguno de tus padres. Es un golpe demasiado duro independientemente de la edad con la que lo afrontemos. Incluso cuando somos adultos se hace realmente difícil de superar ya que en ese momento, además de tus padres son tus amigos. Te sientes vulnerable al saber que no estarán ahí para pedirles consejo y por primera vez comienzas a valorar realmente todo el sacrificio que hicieron por ti todo este tiempo.

Perdí a mis padres en el transcurso de dos años. La muerte de mi madre fue muy inesperada, si es que es posible esperarse la muerte de un ser querido, mi padre en cambio se fue después de un diagnóstico de cáncer repentino.

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Mi madre era la única persona que podía ver dentro de mi alma y podía entender lo que me sucedía con tan solo mirarme a los ojos. Ella fue quien me enseñó lo que es la empatía y la generosidad. Mi padre era la alegría de la casa y una de las personas más buenas que he conocido nunca, de él aprendí la honradez y el perdón.

El dolor sigue su curso y a veces vuelve durante algún tiempo. Nunca se está preparado para dejarlo ir sin más pero sí que podemos aprender a controlarlo.

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1- No dejo el teléfono a más de 30 centímetros cuando voy a la cama, la última vez que lo hice pude coger la llamada que mi madre me hizo poco tiempo antes de morir.

2- El mero hecho de pensar en la muerte de mi madre a veces me hacía enfermar, llegué incluso a vomitar al recordar que no estaba conmigo incluso después de que pasaran 6 meses desde su pérdida.

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3- Hago todo lo posible para honrar sus deseos. La pérdida de mis padres fue una carga inmensa pero sé que me hizo más fuerte como persona y por eso estoy agradecida.

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4- Lamento que mi hijo no haya podido a conocer a sus abuelos. Visité a mi padre antes de que naciese mi hijo, en cierta manera me siento robada. Si hubiese vivido un poco más se habrían conocido y sin duda alguna se habrían adorado el uno al otro.

5- No cambiaría mi tiempo con ellos por nada en este mundo. Ahora que no están conmigo aprecio realmente cada segundo que pude pasar junto a ellos.

6- No te quejes de tus padres en frente mía si no quieres que te de un sermón sobre gratitud y aprecio. Cambiaría mi situación por la tuya sin pensármelo dos veces así que cierra la boca. En vez de quejarte por tonterías intenta comprender lo fugaz que es la vida y disfruta del tiempo con tus padres.

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7- Solo aquellas personas que están en tu misma situación pueden comprenderte realmente. La pérdida de los padres no es algo que se pueda explicar con palabras, solo se puede vivir.

8- La vida continúa, aunque, incluso algunos años más tarde, hay veces que la pérdida de tus padres se siente tan reciente que parece que hubiese ocurrido ayer.

9- Cuando ves a un amigo o incluso a un extraño con su madre o con su padre a veces sientes celos. Envidias el simple hecho de que puedan quedar para comer. Las grandes citas ya no vuelven a ser como antes.

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Aquí me encuentro, 8 años tras perderlos a los dos y aún hay veces que cojo el teléfono con la intención de avisarlos cada vez que me ocurre algo increíble, sin embargo, nunca podré hablar con ellos.

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Su pérdida ha hecho que cambie para siempre la forma de ver el mundo. En cierta manera me ha hecho mejor madre. Siempre soy consciente de que todo lo que hago puede determinar los recuerdos que tendrá mi hijo sobre mí y en cómo impactarán en su vida cuando yo me vaya. Se merece saber lo mucho que lo quiero. Todo lo que le enseñe y transmita hasta el día de mi muerte será mi auténtico legado."

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