No todos los suelos se fabrican de la misma forma. Y por lo tanto, cada tipo de suelo tiene sus propios tratamientos y requisitos de limpieza. Si quieres mantenerlos bien y evitar que se deterioren pronto, debes conocer como limpiar el tipo de suelo específico que tengas ¿Limpias de la misma forma el parquet que las baldosas? Pues estás cometiendo un fallo.
Si no sabes por dónde empezar, no te preocupes. Aquí tienes la forma más sencilla y segura de mantener tus suelos, independientemente del tipo que sea, luciendo impecables y como nuevos.
1- Suelo de piedra natural
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Lo que nunca debes usar para limpiar un suelo de piedra natural son productos ácidos. Así que de lo milagroso de limpiarlo con vinagre nada, mejor déjalo en la despensa. La lejía y el amoníaco también dañan este tipo de suelos. La mejor apuesta es un limpiador pH-neutro, no quelante, ya que no reaccionará accidentalmente con los minerales propios de la piedra.
Para los suelos de piedra natural sin sellar, usa una mopa de microfibra y agua caliente, o una vaporeta para superficies grandes. Nunca productos químicos.
2- Suelos de vinilo
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Este tipo de suelos solemos encontrarlos en cocinas y baños. Su uso es muy popular, y además, es muy sencillo de limpiar. Una vez a la semana podemos limpiarlo usando una mezcla compuesta de 1/4 de vaso de vinagre en un una botella de spray de medio litro con una gota de jabón para los platos y agua templada. Rocía esto por el suelo en secciones y pásale un trapo o mopa de microfibra.
3- Suelos de linóleo
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Así como los suelos de vinilo son prácticamente indestructibles, los suelos de linóleo son más delicados. Normalmente están hecho de materiales como aceite de linaza, resina, caliza, fibra de madera y polvo de corcho, y están coloreados con pigmentos minerales. Esto significa que tienes que tratarlos de forma similar a los suelos de piedra natural y a los de corcho (que veremos a continuación).
Pon unas cuantas gotas de jabón de platos en una botella de spray y llénala con agua caliente. Usa la mezcla solo para pulverizar la superficie y después usa un trapo o mopa de microfibra para secarlo. El suelo debe secarse inmediatamente, pero si se queda pegajoso, vuelve a pasarle el trapo.
4- Suelos de corcho
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Los suelos de corcho natural son muy bonitos, pero se dañan fácilmente, sobre todo con el agua. Por este motivo, la mayoría de este tipo de suelos están sellados, pero aún así hay que tener cuidado con ellos. Límpialo una vez a la semana con una solución de 1/4 de vaso de vinagre con una gota de jabón de platos y agua tibia.
Asegúrate de no agitar la mezcla, porque esto formaría espuma, y ésta no es buena para este tipo de suelos, pero sí puedes mover la botella de spray hacia delante y detrás para que se mezcle. Pulveriza y pasa un trapo de microfibra por encima. Aspirarlo habitualmente y limpia inmediatamente cualquier cosa que se te derrame para mantenerlo siempre como nuevo.
5- Suelos laminados
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Aunque los suelos laminados parecen de madera, es muy importante saber que necesita ser limpiados de forma muy diferente. Verás que es bastante trabajoso limpiar este tipo de suelos. El laminado está hecho para ser resistente a los rayos solares y a la luz para mantener la apariencia de nuevo durante mucho tiempo. Para que se mantenga nunca debes echarle líquidos o abrillantadores en suelos laminados; la humedad puede colarse debajo de los tablones y dañar las láminas.
En lugar de esto, límpialo con una mopa seca y aspíralo regularmente, y sólo usa un trapo ligeramente húmedo para quitar las manchas.
6- Suelos de madera
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Bonitos y elegantes, los suelos de madera necesitan mucho cuidado. Si no se limpian de la forma correcta se pueden dañar fácilmente. Lo primero que tienes que saber es cual es el acabado del suelo de madera. Los dos más comunes son el poliuretano y la cera. Para analizar el suelo de forma rápida, restriega un dedo por la madera, si se mancha, es que tiene acabado de cera.
Las maderas con acabado de cera y las maderas sin tratar (los suelos de madera que no tienen ninguna capa de protección), no deben ser fregados. Pero puedes barrerlos, pasarle la mopa, o aspirarlos regularmente, como los suelos laminados.
Para los acabados de poliuretano, tienes dos opciones entre las que elegir. La primera es mezclar 1/4 de vaso de jabón pH-neutro con agua en un cubo. Usa una mopa húmeda para limpiar el suelo y después una trapo de microfibra para secarlo. La segunda opción es una mezcla a base de vinagre, aunque algunos expertos en suelos no lo recomiendan ya que el vinagre puede apagar el brillo del suelo con el tiempo, es una buena solución para usar en un apuro, o si no tienes jabón pH-neutro a mano. Mezcla un poco de vinagre con jabón de platos y agua templada en cubo con escurridor. Usa una fregona de microfibra para limpiar la superficie y un trapo de microfibra para secarlo.
7- Suelo de baldosas
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Las baldosas pueden ser más caras de poner que el vinilo pero, ¡son igual de fáciles de limpiar! Simplemente mezcla 1/4 de vaso de vinagre en una botella de spray de medio litro y añade una gota de jabón de platos y agua tibia, pulveriza sobre la superficie y después pásale una fregona o un trapo de microfibra.
8- Moqueta
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A diferencia del resto de superficies, ¡las moquetas son un grupo totalmente a parte! Hay dos formas diferentes de limpiar este tipo de suelos para mantenerlos limpios, un limpiador a base de detergente y o una solución casera. Ambos son sencillos de hacer en casa.
Para limpiar manchas de forma sencilla, mezcla la misma cantidad de vinagre que de bicarbonato hasta hacer una pasta. Diluye la mezcla en agua tibia hasta que se convierta en una solución líquida y frota la mancha con un cepillo de dientes antiguo o una esponja.
Con estos consejos tendrás todos los suelos de casa reluciente y se mantendrán durante mucho más tiempo como nuevos.
