Las personas que padecen trastornos mentales sufren todo tipo de alucinaciones y delirios que pueden llevarlos a realizar locuras que nunca hubieras imaginado. Cuando un enfermo es absorbido por la locura, es capaz de hacer cosas horribles. Incluso para un profesional capacitado llega a ser muy difícil ser testigo de las cosas que los enfermos mentales pueden hacer.
A continuación te mostramos algunas historias realmente espeluznantes de enfermos mentales que no te dejarán pegar ojo:
1- Bebiendo la sangre
Erin Cadigan / Shutterstock
Una persona que trabajaba en una sala psiquiátrica confesó una de las cosas más repugnantes que había presenciado en el trabajo. Un día, uno de los enfermos golpeó a una de las cuidadoras en la cara. Se trataba de una mujer mayor afroamericana que se cayó al ser golpeada. Su rostro sangraba tanto que rápidamente se formó un charco de sangre en el suelo.
Los miembros del personal se apresuraron en sacar a la pobre mujer fuera de la habitación para ayudarla, dejando al enfermo encerrado. Cuando volvieron a buscarlo, estaba tirado en el suelo, a cuatro patas, lamiendo la sangre del suelo. ¿Golpeó a la mujer a propósito para poder beber su sangre?
2- Ojos fuera de sus cuencas
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El hijo de un neuropsiquiatra recordó una aterradora historia que su madre le contó una vez mientras trabajaba en un psiquiátrico. Un día, mientras realizaba controles rutinarios, se encontró con una escena realmente aterradora.
Aquel día encontró el cuerpo de un miembro del personal en el suelo. Cuando entró en la habitación de los pacientes, encontró a una mujer joven con "psicosis posparto severa" sentada en el suelo sosteniendo sus propios ojos recién arrancados.
El miembro del personal que yacía en el piso aparentemente había sufrido un ataque al corazón tras encontrarse aquella macabra escena.
3- El fantasma que quería que se fuese del mundo de los vivos
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Un médico confesó que una vez tuvo a una paciente con trastorno esquizoafectivo bastante severo que creía que su casa estaba embrujada. Al parecer, el enfermo le confesaba con detalles bastante vívidos todo tipo de experiencias sobre fantasmas que invadían su hogar. Entre las más repetidas se encontraba la de una "mujer de pelo negro y sin ojos".
Al parecer, una noche, la mujer despertó y vio al fantasma sonriendo en un rincón de la habitación a la vez que repetía una y otra vez que se quitase la vida. También dijo que cuando se despertó al día siguiente, encontró un cuchillo de cocina a su lado y no tenía ningún recuerdo de cómo había llegado hasta allí.
4- El vidente
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Una enfermera psiquiátrica confesó que una compañera le pidió que cuidase a un paciente que la hizo sentir "incómoda". La enfermera estaba llorando y visiblemente molesta después de cuidar a este paciente, pero no le contó lo que había sucedido, solo que ya no podía trabajar con él.
Cuando la mujer se hizo cargo de los cuidados del enfermo, el hombre le dijo cosas sobre ella y su familia que no tenía forma de saber. Aunque esta paciente no la "amenazó", se asustó tanto que le pidió a su supervisor que se hiciera cargo de su cuidado.
5- El niño amable
Una enfermera recordó un incidente bastante traumático que ocurrió mientras ella se encargaba de entregar los medicamentos a los pacientes de la sala de psiquiatría. Un niño de 9 años con la piel pálida y el pelo oscuro la saludaba amablemente todos los días, hablaba bien y podía mantener una conversación informal.
Después de que unas pocas enfermeras la vieran hablando con el niño, la llamaron y le dijeron que cuando él estaba en preescolar, experimentó una obsesión enfermiza por su maestra. Llegó al punto en que la llamaba "mamá" y le decía que ojalá él fuese su hijo.
Lo extraño es que el niño tenía una vida aparentemente normal con sus padres, y la maestra trató de explicarle que ya tenía unos padres maravillosos y que heriría los sentimientos de su madre si esta supiese que estaba diciendo esas cosas.
Un día, el niño le cortó la garganta a su madre mientras dormía pensando que así su maestra sería su mamá.
6- Le gustaba el pescado
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El hijo de un hombre que trabajaba en un hospital psiquiátrico confesó que cuando era niño, recordaba haber ido a trabajar con su padre y haberse entretenido alimentando a los peces que nadaban en el estanque del vestíbulo. Su padre también tenía un paciente que se sentaba al lado del estanque y miraba a los peces durante horas, a veces durante todo el día.
Aunque algunos miembros del personal se extrañaron un poco al principio, se acostumbraron y lo dejaban allí porque no molestaba a nadie. Bueno, resulta que el enfermo se pasaba allí todos los días atrapando a los peces con sus propias manos mientras nadie lo miraba para comérselos. Al parecer, el paciente pudo haberse comido unos 40 o 50 peces vivos del estanque.
7- "Vienen a por ti, querido"
Un cuidador que trabajaba en una residencia de ancianos con Alzheimer confesó que una noche casi se hace pis encima debido a una experiencia terrorífica. Al parecer, el hombre se encontraba haciendo sus rondas rutinarias para controlar a los pacientes, cuando asomó la cabeza en una habitación viendo lo que nunca deseó haber visto.
Allí había una mujer de 83 años sentada en su cama, mirando fijamente hacia una pared en blanco. El cuidador entró lentamente a la habitación y le preguntó a la mujer si deseaba recostarse. Segundos después, la anciana giró la cabeza, lo miró directamente a los ojos y dijo: "Vienen a por ti, cariño". Luego, la mujer dejó escapar una risa histérica que helaría la sangre de cualquiera.
Una vez que esta anciana finalmente se calmó y el hombre la pudo acostar, lo volvió a mirar a los ojos y le dijo antes de quedarse dormida: "Te voy a extrañar cuando te lleven".
8- Escupiendo sangre
Ciolanescu / Shutterstock
En este caso, un psicólogo confesó una vez que tenía un paciente que sufría un caso grave de esquizofrenia paranoide. También resultó ser VIH positivo. Al parecer, el paciente estaba convencido de que las enfermeras del hospital intentaban matarlo.
Como paciente de un hospital, obviamente no tenía mucho con lo que "defenderse", por lo que pensó que lo único que podía usar como arma era su enfermedad. Cada vez que las enfermeras entraban en su habitación, él se mordía la lengua hasta sangrar y luego escupía esa sangre hacia la cara y la boca de las cuidadoras. A partir de entonces, todas las enfermeras tuvieron que usar máscaras y guantes para entrar y cuidar a ese paciente.
¿Qué te han parecido estas anécdotas? ¿Qué harías si te ocurrieran a ti? ¡Déjanos tu respuesta en los comentarios!
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