7 Secretos que ha ocultado la Iglesia durante los años que querían mantener en silencio hasta que las sacaron

7 Secretos que ha ocultado la Iglesia durante los años que querían mantener en silencio hasta que las sacaron

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A lo largo de su larga historia, la Iglesia Católica ha sido criticada por numerosos escándalos difíciles de explicar como pueden ser la disolución de los Caballeros Templarios, el juicio de Galileo o la creación de la Santa Inquisición.

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Por desgracia para todos, en el transcurso del siglo XX, otros muchos escándalos han salido a la luz, sin importar cuánto le gustaría a la Iglesia mantenerlos en secreto.

A continuación te mostramos algunos de los secretos más repulsivos que la iglesia católica querría olvidar:

1- Niños robados

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Desde la década de 1930, el régimen fascista de Francisco Franco trató de purificar España robando los bebés de padres "indeseables" y criándolos en un entorno más favorable, desde el punto de vista político.

Originalmente, el plan era robar solo los hijos de los socialistas, los cuales el gobierno español consideraba que tenían "una forma de enfermedad mental que estaba contaminando a la raza española", pero con el tiempo la práctica se extendió a los hijos de madres solteras y padres "no aptos". Hasta 300.000 recién nacidos fueron apartados de los brazos de sus padres.

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El robo de bebés se llevó a cabo con la estrecha cooperación de la Iglesia Católica. Después de que Franco subiese al poder, la Iglesia controlaba la mayoría de los servicios sociales del país. Esto permitió que médicos, sacerdotes y monjas cometieran tales atrocidades con total impunidad.

En muchos casos, las enfermeras de los hospitales católicos apartaban al recién nacido de su madre para "examinarlo". Poco después, la enfermera regresaba con un bebé muerto congelado con el propósito de hacer creer a la madre de que su pequeño había fallecido repentinamente.

2- El regreso de los niños bautizados

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Durante la Segunda Guerra Mundial, la Iglesia Católica tomó medidas para salvar a varios miles de niños judíos de los nazis.

¿Cómo lo hicieron? Tan simple como darles certificados de bautismo falsos y otros documentos que los identificaban como católicos. El problema fue qué pasó después.

Cuando terminó la guerra, la Iglesia Católica de Francia emitió una directiva prohibiendo a los tutores de los niños judíos los devolviesen a sus familias.

El documento, que afirmaba haber sido "aprobado por el Santo Padre", declaraba firmemente que "los niños que han sido bautizados no debían ser confiados a instituciones que no garantizaban una educación cristiana".

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Todavía no está claro cuántos niños judíos salvó la Iglesia, ni cuántos devolvieron después.

3- Los huérfanos de Duplessis

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En los años 1930 y 1940, una revolución conservadora marcó el comienzo de una era en Quebec ahora conocida como "La Gran Oscuridad". Dirigida por el Primer Ministro Maurice Duplessis, el período se caracterizó por manifestarse una corrupción y represión sin precedentes, gran parte de la cual involucró a la Iglesia Católica.

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Después de que Duplessis recibiese el apoyo de la Iglesia provincial durante su ascenso al poder, buscó pagar el favor con un extraño plan de generación de dinero que giraba en torno a la institucionalización de los niños.

En ese momento, los subsidios federales para los hospitales psiquiátricos eran mucho mayores que los que se otorgaban a los orfanatos, que eran en gran medida responsabilidad del gobierno provincial. A partir de la década de 1940, el gobierno de Duplessis, en colaboración con la Iglesia Católica (que administraba la mayoría de los orfanatos y hospitales psiquiátricos de la provincia) comenzó a diagnosticar sistemáticamente a niños huérfanos con problemas mentales que no tenían.

Como resultado de estos diagnósticos falsos, los huérfanos fueron enviados a instituciones psiquiátricas, donde contaron para obtener un subsidio federal más alto. En algunos casos, orfanatos enteros se vaciaron para luego construir un manicomio para que la Iglesia Católica pudiera ganar más dinero con los subsidios. Alrededor de 20.000 niños fueron diagnosticados falsamente y encarcelados de esta manera.

Para empeorar las cosas, muchos de los huérfanos no eran exactamente huérfanos. En muchos casos los pequeños habían sido retirados de sus madres solteras por la fuerza, pues la iglesia no veía con buenos ojos el parto fuera del matrimonio. Después de ser institucionalizados, los niños llevaron una vida de pesadilla que incluía abuso sexual, terapias de electroshocks e incluso lobotomías.

4- Niños colonizadores

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Durante los siglos XIX y XX, alrededor de 150.000 niños británicos fueron enviados a Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Rhodesia por unas claras intenciones ideológicas: querían asegurarse de que las colonias tuviesen una población mayoritariamente blanca que apoyase la ideología cristiana.

Entre finales de los años 30 y principios de los 60, la Iglesia Católica envió al menos 1.000 niños británicos y 310 malteses a escuelas católicas de Australia, donde muchos fueron obligados a realizar trabajos de construcción u otros trabajos forzados.

Además del trabajo forzado, investigaciones posteriores han revelado que muchos de los niños bajo el cuidado de la Iglesia fueron brutalmente golpeados, violados y privados de alimentos. Décadas más tarde, en 2001, la Iglesia Católica de Australia confirmó los crímenes cometidos y emitió una disculpa.

5- Ocultar el abuso infantil y proteger a los pedófilos

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El abuso infantil generalizado dentro de la Iglesia Católica ha sido un problema durante mucho tiempo, pero la cuestión no llegó a la atención pública hasta finales de los años ochenta.

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El abuso es un gran escándalo en sí mismo, pero el hecho de que haya tardado tanto en salir a la luz habla de un crimen aún mayor: la Iglesia Católica como institución ha encubierto deliberadamente el abuso infantil y ha protegido sistemáticamente a los sacerdotes pedófilos.

Uno de los escándalos más sonados tuvo lugar en 2002, cuando 5 sacerdotes católicos fueron juzgados en Boston por abusar de menores. Uno de los sacerdotes condenados, el padre John Geoghan, presuntamente abusó de 130 niños antes de que lo atraparan a pesar de que los superiores del padre Geoghan conociesen sus crímenes mucho antes de que fuera acusado en un tribunal de justicia.

La Iglesia no solo no lo entregó a las autoridades, ni siquiera lo expulsaron del sacerdocio. En cambio, simplemente lo reasignaron a otras parroquias, donde continuó abusando de los niños con impunidad.

En febrero de 2014, un comité especial de las Naciones Unidas descubrió que la Iglesia Católica había protegido "sistemáticamente" a los sacerdotes pedófilos y que, en consecuencia, era responsable de permitir el abuso de "decenas de miles" de niños.

El comité afirmó que la Iglesia ha antepuesto continuamente la preservación de la reputación de la Iglesia por encima de los derechos de los niños".

De hecho, el Papa Francisco afirmó recientemente que tenía datos confiables que indicaban que alrededor del 2% de los sacerdotes católicos son pedófilos. Actualmente hay alrededor de 414.000 sacerdotes en todo el mundo. De acuerdo con los datos del propio Papa, hay aproximadamente 8.000 sacerdotes pedófilos trabajando actualmente para la Iglesia Católica.

6- Los asilos de las Magdalenastu

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Siguiendo su ideología ultraconservadora sobre la sexualidad, la Iglesia Católica irlandesa encarceló a mujeres sospechosas de prostitución en instituciones propias conocidas como los asilos de las Magdalenas. Inicialmente, las mujeres fueron enviadas a los manicomios para recibir "tratamiento" pseudo-psiquiátrico por presunta pecaminosidad o promiscuidad.

Sin embargo, las mujeres encarceladas fueron obligadas a realizar trabajos forzados, principalmente relacionados con el lavado de ropa, durante 7 días a la semana. Por supuesto, a la Iglesia se le pagaba por el trabajo. Además, las mujeres tenían que soportar palizas, hambre y abusos sexuales. Se ha estimado que hasta 30.000 mujeres fueron llevadas a la fuerza a estas lavanderías.

A pesar de que los asilos operaron en Irlanda desde el siglo XVIII hasta finales del siglo XX, la problemática no salió a la luz hasta 1993, cuando se descubrieron 155 cadáveres en una fosa común en el norte de Dublín. Los dirigentes del asilo enterraron a las mujeres en secreto, sin avisar a sus familias ni a las autoridades.

7- El holocausto croata

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Aunque los campos de concentración dirigidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial son probablemente los más conocidos a día de hoy, hubo muchos otros campos similares en otros países, incluyendo algunos de Yugoslavia dirigidos por sacerdotes católicos.

Después de que los Poderes del Eje ocuparan Yugoslavia en 1941, nació un nuevo gobierno fascista llamado el Estado Independiente de Croacia subordinado al movimiento nazi. El nuevo gobierno fue dirigido por la Utashe, la versión croata de los nazis, encabezada por el dictador Ante Pavelic.

Después de que Pavelic tomara el poder, el arzobispo católico Aloysius Stepinac ofreció un banquete para el dictador, proclamándolo "la mano de Dios en acción". Cuatro días antes de que Pavelic se reuniera con el Papa, la Utashe había encerrado a cientos de serbios dentro de una iglesia ortodoxa y la había quemado hasta los cimientos. Los diplomáticos yugoslavos advirtieron al Papa de las atrocidades y le pidieron que no se reuniera con el dictador fascista, pero el Papa Pío XII rechazó la demanda.

Meses después, un líder de la Utashe sugirió destruir la población serbia de Croacia "matando a un tercio, expulsando a otro y asimilando el tercio restante". Por desgracia, tales ambiciones genocidas pronto se convirtieron en una realidad espeluznante.

Se establecieron campos de concentración en todo el país, incluido uno de los mayores campamentos de Europa en Jasenovac, donde murieron 800.000 serbios, judíos, gitanos y disidentes políticos. Los clérigos católicos croatas sirvieron como guardias e incluso como verdugos en los campos. En el campamento de Jasenovac, un ex sacerdote estudiante llamado Petar Vrzica ganó una especie de competición al cortar 1.350 gargantas en una sola noche.

Mientras todo esto sucedía, Pavelic continuó intercambiando correspondencia con el Papa Pío XXI. El Vaticano nunca se pronunció en contra de las masacres.

Después de que terminase la guerra y Yugoslavia fuese liberada, el arzobispo Stephinac fue declarado culpable por crímenes de guerra y enviado a la prisión de Lepoglava. Sin embargo, el nuevo estado yugoslavo lo liberó más tarde después de la presión del Vaticano. Tiempo después, Stephinac fue nombrado cardenal por Pío XII y en 1998 fue beatificado por el Papa Juan Pablo II.

¿Qué te han parecido estas atrocidades cometidas por la Iglesia?

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