Todos conocemos el mundo de Oz gracias a la famosa película El Mago de Oz, una musical clásico del cine. Aprovechando el éxito de esta gran película hace unas décadas, se abrió un parque de atracciones que pretendía ser toda una revolución, pero se quedó en una auténtica pesadilla para todos los que iban.
Land Of Oz, el parque temático más terrorífico
El parque se encuentra en Carolina del Norte y fue construido para intentar impulsar la economía de las Montañas Beech en la década de los 90. En su primer verano con sus puertas abiertas el parque recibió casi medio millón de visitantes y se accede a él gracias a un camino de baldosas amarillas formada por 44 mil ladrillos.
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El parque ha estado atemorizado por la muerte desde sus inicios. Su dueño, Grover Robbins, falleció a causa de un cáncer de huesos seis meses antes de la inauguración del parque.
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La exitosa actriz Debbie Reynolds llevó a la pequeña Carrie Fisher a su apertura cuando ésta tenía tan sólo 13 años.
Aunque parezca muy grande y exitoso, el parque contaba en sus inicios sólo con unas pocas atracciones. El parque fue destruido en gran parte en un incendio en 1975. Nadie sabe el origen de este fuego, sigue siendo un misterio sin resolver.
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Por si esto no fuera suficiente, unos ladrones aprovecharon los problemas para entrar a robar una gran parte de los escenarios y las réplicas de la película El Mago de Oz.
Para la década de los 80, el parque había sustituido los originales disfraces por imitaciones cutres y atracciones muy pobres. Esto llevó a que el parque cerrara durante más de 25 años.
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No fue hasta mediados de los 90 cuando empezó a restaurarse el parque y tras varios años, pudo empezar a utilizarse. En lugar de volver a ser un parque de atracciones, los dueños decidieron alquilar las estancias como casas y cabañas para los turistas.
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A las doce de la noche, cada día, se escucha en el parque la canción de 'Somewhere Over The Rainbow'. Los que se han quedado allí aseguran que es muy extraño y da bastante miedo cuando la canción rompe el silencio de la noche.
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Cuando todo el parque estuvo ya restaurado y en perfecto funcionamiento, los dueños decidieron cerrarlo durante 363 días al año. Es decir, sólo abre un fin de semana al año para aquellos más valientes que se atreven a enfrentarse a los fantasmas y sucesos extraños que siguen ocurriendo allí.
