Cuando llega la hora de ir a la cama, a muchos de nosotros nos gusta llevarnos el portátil a la cama para ver el "último" capitulo de nuestra serie favorita, indagar "solo un poco" por las redes sociales o simplemente jugar con el teléfono antes de por fin intentar dormir.
Sin embargo, estas actividades afectan seriamente a nuestros ciclos de sueño, por lo que es importante incorporar actividades más saludables a nuestra rutina previa a la hora de dormir con el objetivo de conciliar el sueño más rápido y sentirnos más descansados en general. Así como lo que hacemos durante el día afecta a nuestra salud física y mental, la forma en que descansamos por la noche también tiene un impacto sobre nuestra salud.
Es importante propiciar un ambiente relajado antes de acostarnos, llevarse a la cama el ajetreo del día puede ser bastante perjudicial para nuestra salud. Desde el momento en que suena la alarma del despertador, nuestro cuerpo y nuestra mente trabajan sin parar. Antes ir a la cama tenemos la oportunidad de entrar en un estado de calma que nos ayudará a conciliar el sueño más fácilmente, a permanecer más tiempo dormidos y a tener un sueño realmente reparador.
Estos son algunos de los hábitos que deberías incorporar en tu rutina diaria antes de ir a la cama.
1- Realizar estiramientos
Si has estado trabajando durante horas sentado frente al escritorio, conduciendo o apalancado junto a la estufa, tu cuerpo necesita liberar la tensión acumulada de tus músculos.
Tómate 5 o 10 minutos para estirar tu cuerpo debidamente antes de dormir. Descubre qué partes de presentan cierta rigidez debido a la tensión acumulada durante el día y centra los estiramientos en esas partes.
2- Mostrar gratitud por la vida
Para relajarnos necesitamos estar en paz y no tener la mente ocupada por algún remordimiento. Una de las maneras más eficaces para sentirse en paz con uno mismo es dar gracias por lo que tenemos y por la vida que vivimos.
De hecho, practicar este ejercicio de gratitud durante la noche puede ayudar a conciliar el sueño. Un estudio de la revista Applied Psychology: Health and Well-Being encontró que escribir en un diario agradeciendo los momentos que vivimos cada día durante 15 minutos cada noche consigue que las personas se duerman sin preocupaciones y consigan un sueño más duradero.
3- Leer
Un estudio de la Universidad de Sussex observó que dedicarle unos minutos a nuestra novela favorita antes de ir a la cama puede ayudarnos a reducir el estrés hasta en un 68%.
Incluso con solo 6 minutos de lectura seria suficiente para notar una mejoría en nuestro sueño.
4- Darte una ducha
Tomar un buen baño de agua caliente es siempre una forma ideal de relajar nuestro cuerpo antes de ir a dormir. Con esto conseguiremos disminuir las estimulaciones de nuestro cuerpo y propiciar la su relajación.
Además, al tomar una ducha caliente y entrar en el dormitorio el cual está a una temperatura más baja, reduciremos la temperatura de nuestro cuerpo, indicando así a nuestro cerebro que ya es el momento de disminuirla la actividad y favorecer un estado de somnolencia antes de acostarnos.
5- Dejar de lado los aparatos electrónicos
Además de que la luz propia de los aparatos electrónicos reduce la calidad de nuestro sueño, un estudio de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, observó que el uso de aparatos tecnológicos antes de dormir puede aumentar los niveles de estrés.
Mirar fijamente la pantalla hace que nuestra mente permanezca en tensión, impidiendo de esta manera que se libere o se relaje. Aunque puede ser el cambio más difícil de incorporar a la rutina, también puede ser el más poderoso.
6- Practicar la meditación
Un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine encontró que la meditación puede ayudar a combatir el insomnio y mejorar el sueño.
Se recomienda permanecer 5 o 10 minutos en una posición cómoda respirando lenta y constantemente para conseguir una estado de relajación apropiado antes de ir a la cama. Si tienes problemas para concentrarte, puedes intentar visualizar una imagen bonita, escuchar música relajante, o ayudarte con una meditación guiada.
