Llegados a una edad, debemos ser conscientes de que nuestro cuerpo no esta para los trotes de antaño, y que por más que nos apasione el deporte, debemos cuidar de nuestro cuerpo por encima de la diversión que nos pueda producir cualquier actividad.
¿Cómo deberías entrenar una vez que superes los 40 años?
Controla tus esfuerzos
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No eres ningún atleta de élite, pero la periodización correcta de tu entrenamiento puede mejorar enormemente tu condición física.
Cuando se llega a una edad avanzada, cosas como aumentar gradualmente el entrenamiento, preparar el cuerpo para demandas específicas y evitar la fatiga se convierten en aspectos vitales para estar en forma.
En este sentido, si te invitan a jugar al baloncesto y no estás lo suficientemente en forma, o si sufres una lesión con la todavía podrías jugar, mejor que niegues esa proposición. Mandarte al banquillo a ti mismo apesta, pero peor es quedarte tres meses sin hacer ejercicio por sufrir una lesión grave.
Elige la intensidad adecuada
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Cierto porcentaje de tu entrenamiento debe ser a alta intensidad, digamos el 20%, y el resto deberás hacerlo a muy baja intensidad.
Uno de los errores más comunes de la gente que entrena es entrenar demasiado fuerte los días fáciles y luego no ser capaces de entrenar a la misma intensidad durante el siguiente entrenamiento.
Come adecuadamente para construir músculo
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Si llevas una dieta saludable en la que tomas muchas frutas y verduras, proteínas, cereales integrales y poco azúcar, probablemente lo estés haciendo bien. Pero si quieres evitar la pérdida de músculo a medida que envejeces, vale la pena hacer un par de ajustes.
Aumenta la proteína de la dieta y la cantidad de veces que la consumes durante el día.
Al agregar proteína a todo lo que comes de manera efectiva reduce el índice glucémico. También intenta consumir de 3 a 5 miligramos de polvo de creatina al día (en un batido o un vaso de leche), justo antes o después de un entrenamiento.
Entrena con cabeza
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Para los atletas propensos a las lesiones (todos nos comportamos en ellos con el tiempo), la clave para tener una buena condición física es separar las tensiones deseables de las indeseables durante el entrenamiento.
En lugar de agregar peso a un ejercicio, incorpora un componente extra de equilibrio, es decir, si haces flexiones, prueba a hacerlas apoyándote sobre balones medicinales en lugar de lastrarte.
También puedes añadir un segundo vector de fuerza, como al colocarte una banda elástica alrededor de las rodillas durante las sentadillas.
Centrarse en grupos musculares pequeños y descuidados no es la mejor forma para aumentar la musculatura pero sí para para desarrollar fuerza funcional y evitar lesiones.
Practica cosas nuevas
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Poner a prueba tu cuerpo de la misma manera día tras día durante décadas es una forma muy eficiente de machacarlo. Por suerte, desafiarlo de diferentes maneras es la cura perfecta.
No hay nada como probar algo nuevo y fracasar un poco menos cada día. La ciencia aún no ha encontrado la forma de hacernos más jóvenes. Hacernos más fuertes, rápidos y mejores en lo que nos gusta es lo más cercano que tenemos a una fuente de la juventud.
