El sirope o jarabe de arce, de origen canadiense, es un edulcorante natural que cada día va ganando mayor popularidad. La savia de arce sólo se puede recolectar a finales de invierno o principios de primavera, y se necesitan cerca de 150 litros de savia de 4 litros de sirope. Su fama no se debe únicamente a su increíble sabor, sino a sus innumerables beneficios para nuestra salud.
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Estos son los beneficios más sorprendentes del sirope de arce
1- Contiene antioxidantes
El jarabe de arce puro tiene al menos 24 antioxidantes que actúan de manera mucho más eficiente que los del azúcar refinado, el jarabe de maíz o el sirope de agave.
2- Contiene manganeso
El manganeso es vital para llevar a cabo la producción de energía, la formación ósea y el metabolismo de proteínas.
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3- Lucha contra enfermedades inflamatorias
El sirope de arce proporciona antioxidantes polifenoles que ayudan a reducir la inflamación. El consumo regular de este jarabe puede ser considerado parte de una dieta saludable para ayudar a prevenir ciertas enfermedades como la artritis, la enfermedad inflamatoria intestinal o enfermedades del corazón.
4- Es una alternativa más sana a los edulcorantes artificiales
El sabor dulce del jarabe de arce es un gran sustituto a aquellos edulcorantes artificiales que tantos riesgos tienen para nuestra salud. Algunos como el agave, el aspartamo, la sacarosa o el azúcar blanco se han relacionado con problemas de salud como el aumento de peso, la fatiga, la ansiedad, etc.
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5- Controla los niveles de azúcar
Los azúcares refinados son rápidamente metabolizados por el hígado, lo que eleva rápidamente los niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, aunque este sirope sigue siendo alto en azúcar, tiene un índice glucémico menor, por lo que el impacto será mucho más reducido.
Lo único que debes tener muy en cuenta es que hay muchos productos que se venden como jarabe o sirope de arce cuando en realidad no lo son. El jarabe de arce de verdad es caro, y solo se vende en herbolarios, tiendas especializadas y algunos supermercados.
