Los bebés vienen al mundo con una belleza innegable, que es la belleza que tienen. Así que aparte de sus grandes ojos, la torpeza, y la habilidad para hacernos reír, ¿qué podría hacerlos más adorables? Fácil, ¡una cabeza peluda!
Estos pequeños nacieron con algo que los diferencia del resto de bebés, ya que al nacer sus cabecitas estaban totalmente cubiertas de cabello.