20 Extrañas imágenes de los 30.000 negativos que encontró una chica en el desván de su madre

Buscando en el baúl de los recuerdos se obtienen numerosas sorpresas, no solo títulos para canciones. Con el auge de las redes sociales y la globalización es muy fácil que un artista obtenga un reconocimiento especial y que llegue a más gente. Este no fue el caso de un artista de hace más de 40 años, situación que demuestra que muchos de ellos no terminan viviendo lo suficiente como para obtener su reconocimiento.

Enlace patrocinado

La historia que te traemos hoy trata sobre Masha Ivashintsova. Esta mujer fue una artista del movimiento poético y fotográfico de Leningrado (ahora, San Petersburgo) de los años 1960-80. A pesar de que le encantaba la fotografía, la artista siempre guardaba sus fotografías en secreto y a escondidas en su diminuto desván. No pretendía mostrárselas a nadie, ya que quería que quedasen para su recuerdo. Hasta ahora.

{keyword}

Para eso están los hijos: Asya Ivashintsova-Melkumyan, la pequeña de Masha, encontró en el desván de su madre una gran colección de más de 30.000 fotografías que decidió revelar cuanto antes. Las fotografías mostraban de una forma nunca antes vista imágenes de la vida de la madre en el día a día de la URSS. Así lo recogió y contó para una entrevista:

Enlace patrocinado

"Por supuesto, sabía que mi madre estaba sacando fotos todo el tiempo. Lo sorprendente fue que nunca compartió sus trabajos con nadie, ni siquiera con su familia. Acumuló sus películas fotográficas en el desván y rara vez las reveló, por lo que nadie fue capaz de apreciar los frutos de su pasión. Esas mismas películas permanecieron en el desván de nuestra casa en Pushkin, San Petersburgo, donde originalmente las guardaba, tras su muerte en el 2000".

El período más oscuro de la vida de Masha tuvo lugar en un hospital psiquiátrico de la URSS. Allí, la rompieron poco a poco al obligarla a tomar drogas. El régimen soviético tenía como objetivo "estandarizar" a las personas, hacerlas vivir según las reglas comunistas.

El sistema de control ruso inhumano tuvo un gran impacto en Masha, y se refleja en las fotografías de su trabajo. Como dice su hija, "Masha mantuvo una relación difícil con el comunismo. Finalmente fue arrastrada por las fiestas e internada en un hospital psiquiátrico en contra de su voluntad, ya que nunca pudo sentirse cómoda con el entusiasmo socialista".