2 Cosas que todos deberíamos hacer para limpiar la parte más sucia de nuestro cuerpo

2 Cosas que todos deberíamos hacer para limpiar la parte más sucia de nuestro cuerpo

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No hay duda de que la salud y el bienestar de una persona depende en parte de la higiene personal. Sin embargo, no importa lo mucho que lo intentes o cuántas veces al día te duches, que seguro que hay zonas que te faltan por limpiar.

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Al ducharnos, eliminamos la gran mayoría de bacterias de nuestro cuerpo, pero hay una parte que es inaccesible y en la que se acumula toda esa suciedad que somos incapaces de limpiar.

Llegados a este punto no sé si sabrás de que parte hablo, pero sigue leyendo para descubrirlo.

eakkachai halang / Shutterstock

¡Sí, es el ombligo!

Ese extraño "agujero" que todos tenemos en nuestro cuerpo. Es como el bolsillo de Doraemon, no sabes lo que podrías llegar a sacar de ahí. Sin duda podemos decir que es la parte más sucia de nuestro cuerpo.

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El ombligo recoge todo el sudor que va cayendo por tu piel, le da cobijo a esas células muertas, a los restos de crema corporal y al jabón de la ducha y, por si fuera poco, atrae a esas maravillosas pelusas de tu jersey de lana.

Podemos afirmar con total seguridad que nuestro ombligo es un pozo sin fondo, un cofre del tesoro y un nido de bacterias del que te encantaría mantenerte alejado. Por ello, y para evitar problemas de salud derivados de la mala higiene, hoy te vamos a enseñar cómo limpiarlo.

By Anna_Kuzmina / Shutterstock

¿Cómo limpiar el ombligo de manera segura y efectiva?

Además de ser la parte más sucia del cuerpo, también es bastante sensible, por lo que tendrás que tener bastante cuidado a la hora de limpiarlo.

Comienza por el interior

Antes de darte una ducha, coge un bastoncillo de algodón y empápalo en un poco de alcohol. Frota el interior del ombligo con el bastoncillo suavemente y tíralo a la basura. A continuación, empapa otro bastoncillo en gel de ducha y pásalo por la misma zona que el anterior.

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Una vez limpio, solo tendrás que enjuagarlo muy bien por dentro para que no se quede ningún resto de gel. Para ello utiliza agua tibia y sécalo con una toalla normal.

Billion Photos / Shutterstock

Limpia también por fuera

Humedece una esquina de la toalla y empápala en un poco de gel. Frota el ombligo por fuera para dejarlo completamente limpio, enjuágalo con agua tibia y vuelve a secarlo.

No te preocupes si la zona se enrojece un poco, como hemos mencionado anteriormente, es bastante sensible.

Esta es la mejor manera de limpiar el ombligo de forma segura y sin dejar rastro.

¿Te atreves a probarla? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!

¡Comparte este artículo con todos tus amigos!

Fuente: Wikr
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