Los perros y los gatos son las mascotas más populares en todo el planeta, sin embargo, no son para nada parecidas, de hecho pertenecen a dos mundos completamente opuestos. Probablemente por esto es raro encontrar personas que tengan como mascota un perro y un gato simultáneamente.
Unos son más dependientes, otros requieren menos atención... Cada uno tiene sus ventajas y desventajas. Hoy te mostramos las pruebas de por qué podemos afirmar con seguridad que estos animales provienen de mundos opuestos.
Los gatos provienen de Marte y los perros de Saturno
1- La felicidad de montarse en coche... o no
Si un perro va en el coche, es inevitable que saque la cabeza por la ventanilla y disfrute del viento en su cara. Dejar un gato suelto en el coche implica que tu tapicería acabe destrozada.
2- Hora de dar un paseo
Cada vez que pronuncias la palabra 'calle', tu perro mueve el rabo feliz porque toca dar un paseo. Intentar pasear un gato es como conseguir que llueva en plena sequía.
3- La bienvenida tras un largo día de trabajo
Aún no te ha dado tiempo de abrir la puerta por completo y tu perro ya está feliz recibiéndote. Sin embargo, si tienes un gato, probablemente te toque descubrir dónde se ha escondido mientras no estabas.
4- Cuando han destrozado algo y los pillas
Unos se sienten culpables y otros no. ¿Sabes diferenciar quién es quien?
5- Hoy toca trabajar un poco en casa
Mientras que un perro se tumbará a tus pies y disfrutará de que te quedes en casa, tu gato aprovechará la oportunidad para castigarte por todo el tiempo que no estás allí sin dejarte trabajar.
6- Intentar dormir sin ellos
A todos los animales les gusta subirse a la cama a dormir con los dueños. A los perros junto a ti y a los gatos sobre ti.
7- ¡A la mesa! ¡Hora de comer!
Tu perro se relame cada vez que tienes que ponerle de comer, mientras que tu gato se hace el indiferente.
8- ¿Nos vamos ya a la cama?
Los gatos suelen dormir acurrucados mientras que los perros son más de adoptar cualquier tipo de postura.
9- Amor por su dueño
Intenta darle un abrazo a un gato y verás qué divertidos son los arañazos.
10- Cuando llega la hora del baño
Unos tan felices y otros tan malhumorados.
