La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos. Sus métodos para conseguirlo no fueron precisamente pacíficos. Esta brutal institución ejecutó entre 3.000 y 5.000 personas en España y sus colonias, y arrestó a muchas más.
La Inquisición, como tribunal eclesiástico, sólo tenía competencia sobre cristianos bautizados. Durante la mayor parte de su historia, sin embargo, al no existir libertad de culto ni en España ni en sus territorios dependientes, su jurisdicción se extendió a la práctica totalidad de los súbditos del rey de España.
Historias macabras de la Inquisición española 1- Ana de Castro
En 1707, Ana se trasladó con su marido a Perú. Los comienzos allí fueron complicados, pero con el tiempo esta mujer se hizo muy popular y rica en Lima.
Su belleza atraía a muchos amantes, pero uno de ellos, celoso, planeó una táctica para acabar con ella. Obligó a su criada a esconderle un crucifijo en la cama y le aseguró a la Inquisición que lo había azotado con ella.
Cuando encontraron el crucifijo, la arrestaron y la mantuvieron detenida durante más de 10 años, tiempo durante el que fue torturada hasta en tres ocasiones mientras esperaba el resultado de su juicio.
Finalmente fue acusada de judaizante y, aunque dijo que se arrepentía, lo que debía salvarle la vida, Ana fue ejecutada en 1736.
2- Pedro de Arbues
Un grupo de conversos organizaron un complot para matar al inquisidor Pedro de Arbues en 1485. Murió al ser atacado por un grupo de asesinos en una catedral y su asesinato provocó una gran indignación pública, por lo que la Inquisición rápidamente planeó una venganza.
Encarcelaron a cientos de personas y descubrieron y ejecutaron a la mayoría de los principales conspiradores. Decapitaron a un hombre y expusieron su cabeza públicamente, le cortaron las manos a otros antes de decapitarlos,...
3- Joseph Pérez
En 1633, la Inquisición aragonesa dejó de dictar pena de muerte por sodomía, pero hasta entonces había realizado unos 1.000 juicios por este tema. Uno de los muchos ejecutados por sodomía fue Joseph Perez, profesor universitario al que detuvieron en 1613 por seducir presuntamente a dos de sus estudiantes.
Mientras estuvo en prisión enloqueció, y aunque en un principio solo iba a ser multado y desterrado, le dijo al abogado que las acusaciones contra él eran ciertas y que había mantenido relaciones sexuales con su médico en la cárcel. Tanto el abogado como el médico, como el propio Pérez fueron condenados a muerte.
4- William Lithgow
En 1620, los inquisidores arrestaron al viajero escocés William Lithgow en Málaga. Sospechaban que Lithgow era un espía inglés, pero no encontraron nada que lo incriminara. Admitieron que era inocente, pero decidieron mantenerlo bajo su custodia porque había criticado al catolicismo en sus libros.
Lo acusaron de ser un hereje y lo torturaron incluso sin darle de comer. Pero como aún así se negaba a retractarse de sus creencias religiosas, era calvinista, fue condenado a la hoguera.
Por suerte, el gobernador de Málaga intervino justo antes de que asesinaran al inocente escocés y ordenó que Lithgow fuera puesto en libertad y enviado de vuelta a Inglaterra.
5- Diego Rodríguez Lucero
Entre 1499 y 1506, Córdoba estuvo bajo el poder del inquisidor Diego Rodríguez Lucero. Ya fueran conversos o cristianos, campesinos o nobles, nadie estaba a salvo de su crueldad. Utilizaba rutinariamente la tortura y las amenazas para conseguir confesiones y no se lo pensaba dos veces antes de mandar a alguien a la hoguera.
En junio de 1506, firmó 100 sentencias de muerte.
6- Inés Esteban
Inés Esteban fue una niña profeta de 10 años que devolvió la esperanza a la comunidad conversa. Afirmaba que el Mesías vendría a la Tierra el próximo año, que rescataría a los conversos y los llevaría a la Tierra Prometida. Se convirtió en una figura muy popular, y sus seguidores volvieron a las costumbres judías, como descansar los sábados o obedecer la ley mosaica.
Pero a la Inquisición no le gusta esto, y como el Mesías no se presentó, detuvieron a la pequeña y aunque todavía era una niña, no tuvieron piedad con ella y la quemaron en la hoguera.
7- Cayetano Ripoll
La última persona condenada a muerte por la Inquisición fue un deísta llamado Cayetano Ripoll. Un maestro que fue detenido por descuidar la educación religiosa de sus estudiantes. En julio de 1826, después de ser encarcelado durante dos años, lo ahorcaron por herejía.
Esta ejecución sacudió a España y atrajo las críticas de toda Europa. Aunque la Inquisición ya había sido abolida en dos ocasiones, había vuelto. En 1834, fue abolida para siempre por la reina María Cristina.
8- El Santo Niño de La Guardia
En 1940, la Inquisición arrestó a dos judíos y seis conversos por haber matado, supuestamente, a un niño cristiano. La acusación era ridícula, pero uno de los hombres, confesó el crimen. Afirmó que él y sus compañeros habían crucificado al muchacho en una cueva, le habían quitado el corazón y le habían drenado la sangre.
Los demás prisioneros dieron relatos contradictorios sobre la historia. Las pruebas también era inexistentes. Pero, en lugar de concluir que los prisioneros eran inocentes, la Inquisición creyó que eran un grupo de mentirosos y los envió a la hoguera. La falsa víctima se convirtió en un santo popular, conocido como el Santo Niño de La Guardia.
9- La Familia Carabajal
El portugués Luis Carabajal y su hermana, Francisca Núñez de Carabajal llegaron con cientos de colonos a México para crear una colonia española. Luis colonizó y gobernó el estado de Nuevo León, pero Francisca y su familia se trasladaron a Ciudad de México.
Y todo fue bien hasta que en 1590, la Inquisición de repente arrestó a Francisca y a su familia. Los acusaron de practicar judaísmo y mediante tortura consiguieron que testificaran.
En 1596, quemaron en la hoguera a Francisca y cinco de sus hijos, después de que ejecutaran al padre de la familia. A otra de sus hijas la ejecutaron seis años después y, solo los dos más pequeños lograron sobrevivir.
10- Las hermanas Bohorques
María de Bohorques estaba muy interesada en el luteranismo. Fue ejecutada por herejía, pero antes de esto, le dijo a los inquisidores que su hermana Jane opinaba lo mismo.
Aunque estaba embarazada de seis meses, no dudaron en encarcelarla, sin más pruebas que la confesión de su hermana. Dio a luz en la cárcel y a los ocho días le quitaron al niño. Entonces la ataron y la torturaron hasta que se desangró. El mismo día de su muerte, la Inquisición la declaró inocente.
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