No es de extrañar que los teleoperadores a cargo de los números de emergencias escuchen todo tipo de historias.
Aunque la mayoría de ellas son reales, muchas veces tienen que aguantar la típica broma telefónica que algún gracioso decide hacer de madrugada.
Aún así, gracias a una especie de sexto sentido que estos profesionales se ven obligados a desarrollar, consiguieron descubrir la verdad que se escondía detrás de una llamada un tanto extraña.
Al principio parecía que la persona estaba gastando la típica broma telefónica. En un derroche de originalidad estaba llamando a emergencias para pedir una pizza... entonces el audaz teleoperador se percató de lo que realmente estaba ocurriendo.
Esto es lo que le ocurrió a un ex teleoperador del 911 llamado Keith quien recuerda esta llamada como una de las más raras que recibió nunca.
- "911, ¿dónde te encuentras?"
-"123 Main Street."
-"Ok, ¿qué es lo que ocurre?"
-"Me gustaría pedir una pizza."
-"Señora, acaba de marcar el 911 ¿es alguna broma?"
-"Sí, lo sé. ¿Puedo pedir una grande de pepperoni con champiñones y pimientos?"
-"Umm... ¿Sabe entonces que está llamando al 911 verdad?"
-"Sí, ¿sabe cuánto tiempo tardará en traerla?"
-"Ok señora. ¿Va todo bien por ahí? ¿Tiene alguna emergencia?"
-"Sí."
-"¿Y no puede hablar porque hay alguien en la habitación con usted?"
-"Si, correcto. ¿Sabe entonces cuánto tiempo tardará en traerla?"
-"Hay una patrulla a un kilómetro de su ubicación. ¿Hay algún arma en la casa?"
-"No."
-"¿Puedes permanecer al teléfono conmigo?"
-"No, hasta pronto, gracias"
A medida que iba desarrollándose la conversación, pude comprobar que se habían realizado varias llamadas alertando de violencia doméstica con la misma dirección.
Cuando los agentes llegaron a la dirección ofrecida, se encontraron a un hombre borracho y a una mujer a la que le habían propinado varios golpes.
El hombre fue arrestado después de que la mujer demostrase que la había estado golpeando ese mismo día.
Sin duda alguna, aquella mujer demostró ser muy inteligente cuando se le ocurrió utilizar ese pequeño truco.
Con toda seguridad aquella fue la llamada más rara que he recibido nunca.
Gracias a su valentía esta mujer fue capaz de pensar con claridad durante un momento de mucho estrés para poder dehacerse de su maltratador antes de que las cosas hubiesen llegado a mayores.
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