En diciembre de 1952, una densa niebla cayó sobre Londres, duró aproximadamente cuatro días, disminuyendo la visibilidad y dificultando la respiración.
En ese momento, los residentes prestaban poca atención al extraño suceso, describiéndolo como "otra neblina más", pero, una vez que se levantó, la gente comenzó a morir.
El evento conocido como "El Gran Humo", condujo a la muerte de aproximadamente 12.000 personas y la hospitalización de hasta 150.000. Pero, ¿cómo podría haber sucedido algo así?
Bueno, la hipótesis general de entonces era que las emisiones de carbón se habían mezclado de alguna manera con la niebla, lo que llevó a que las personas fueran envenenadas por estas nubes nocivas.
Esto llevó al Parlamento Británico a aprobar la "Ley de Aire Limpio" en 1956. Este hecho fue reconocido como el peor suceso de contaminación del aire en la historia europea.
A pesar de que los británicos acabaron acertando en sus sospechas sobre las emisiones de carbón, nadie estaba muy seguro de cómo los productos químicos de la quema de carbón lograron infiltrarse en la niebla.
60 años más tarde, un equipo internacional de investigadores podría haber descubierto finalmente la causa de este acontecimiento, como parte de una investigación sobre los problemas modernos de la contaminación del aire de China.
La respuesta es realmente aterradora, resulta que la gente respiraba la contaminación equivalente a la contenida en la lluvia ácida.
Según el equipo de investigadores, el protagonista de todo esto fue el sulfato.
"El sulfato fue un gran contribuyente a la niebla y las partículas de ácido sulfúrico se formaron a partir del dióxido de azufre liberado por la quema de carbón para uso residencial y plantas de energía", dijo Renyi Zhang.
El equipo realizó una serie de experimentos atmosféricos en dos ciudades superpobladas chinas: Xi'an y Beijing.
Las pruebas revelaron que el sulfato se puede formar a partir de interacciones debido a la presencia de dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre (dos compuestos que se derivan de la quema de carbón) mezclados con gotas de agua en la niebla.
Este sulfato tóxico se acumula en la niebla formando diminutas gotitas de ácido sulfúrico que recorren la ciudad a través del aire y son inhaladas por sus residentes.
Como explica Zhang:
"Nuestros resultados mostraron que este proceso fue impulsado además por el dióxido de nitrógeno, otro producto de la combustión del carbón. Otro aspecto clave en la conversión de dióxido de azufre a sulfato la producción de partículas ácidas."
La niebla contenía partículas grandes y, la evaporación de estas partículas hizo que pequeñas partículas ácidas cubrieran la ciudad."
De este modo podemos afirmar que los compuestos liberados de la quema de carbón y los compuestos que se encuentran dentro de la niebla, trabajan juntos para crear gotitas de ácido sulfúrico, lo mismo que hace la "lluvia ácida".
Pero, a diferencia de la lluvia, la niebla sí se respira, por lo que lleva a muchas personas a envenenarse.
Esto es lo que lleva años ocurriendo en China, aunque el proceso químico es ligeramente diferente, ya que requieren de amoníaco para formar el sulfato, porque las partículas que se emiten son mucho más pequeñas.
"En China, el dióxido de azufre es emitido principalmente por las plantas de energía, el dióxido de nitrógeno proviene de las plantas de energía y de los automóviles, y el amoníaco proviene del uso de fertilizantes y automóviles", dijo Zhang.
Así, mediante el estudio de un evento que sucedió hace más de 60 años, el equipo está ayudando a los científicos y a los gobiernos a comprender los problemas de la contaminación moderna.
Esperan que los funcionarios utilicen estos conocimientos para crear productos y tecnologías que limiten la cantidad de contaminación atmosférica liberada al aire cada año, especialmente en China.
"El gobierno se ha comprometido a hacer todo lo posible para reducir las emisiones en el futuro, pero esto conllevará un tiempo", añade Zhang.
"Creemos que hemos ayudado a resolver el misterio de la niebla de Londres en 1952 y también le hemos proporcionado a China algunas ideas de cómo mejorar su calidad de aire. La reducción de las emisiones de óxidos de nitrógeno y amoníaco es probablemente eficaz para interrumpir este proceso de formación de sulfato."
Es de esperar que esta nueva investigación también ayude a los países de todo el mundo en su transición a potencias industriales, permitiéndoles continuar fabricando bienes sin dañar al medio ambiente ni a las personas que viven en él.
El trabajo del equipo fue publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
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