Patrick Hennessey, del condado de Orange, Florida, iba de camino al trabajo una mañana cuando le pareció ver a dos perros en medio de la calle.
Se acercó y vio que eran dos Pit Bulls, uno de ellos estaba herido y había sangre en el suelo procedente de la herida que tenía en su pata.
Las dos pobres criaturas estaban acurrucadas, tenían demasiado miedo y estaban demasiado asustados como para separarse. No tenían ningún lugar a dónde ir ni nadie que les ayudara. Solo se tenían el uno al otro.
Patrick no se lo pensó dos veces y llamó enseguida al Departamento del Sheriff del Condado de Orange.
Enviaron a dos oficiales, Reed y Boggs, que se quedaron con los cachorros hasta que el Servicio de Animales llegó a recogerlos.
Lo único que necesitaban estos perros eran mimos, abrazos y cariños para reconfortarles, y eso fue exactamente con lo que los oficiales les brindaron. Los perros se acurrucaron en ellos y ellos estaban encantados.
Hasta que no llegaron los trabajadores del Servicio de Animales para llevarlos a un lugar seguro, los perros no se separaron de sus nuevos amigos.
El personal del refugio de animales decidió ponerles de nombre Justicia y Libertad, para darle el reconocimiento que merecían los oficiales Reed y Boggs.
Gracias a Hennessey y a los oficiales de La Oficina del Sheriff del Condado de Orange, Justicia y Libertad ahora son mucho más felices de lo que eran hasta esa noche.
Actualmente son perros muy cariñosos, dulces y juguetones. Es imposible comprender cómo hay personas que puedan abandonar a perros tan maravillosos, pero, sin duda, estamos seguros de que traerán mucha alegría a la familia que les adopte.
¡Comparte la historia de estos preciosos Pit Bulls con todos tus amigos!