Uno de los mayores placeres del mundo es poder rascarte cuando algo te pica y lleva un buen rato molestándote. Muchas veces podemos hacerlo por nosotros mismos, pero hay ocasiones en las que se necesita un poco de ayuda externa.

Nada es más difícil que tratar de rascarte tu propia espalda. Nunca te puedes rascar con el ángulo correcto. Y si es entre los omóplatos, ¡olvídalo! Ni siquiera se puede alcanzar esa parte del cuerpo, bueno, a menos de que tengas mucha flexibilidad. Para eso, los humanos hemos diseñado algún que otro aparato que nos facilite esta ardua tarea y nos proporcione ese alivio tan deseado.

Los animales lo tienen un poco más difícil, como es el caso de los caballos. Este pequeño potro siempre tiene que pedir ayuda cuando trata de rascarse la espalda. Más específicamente, ¡necesita a alguien que le rasque su trasero!

El potrillo realmente disfruta cuando consigue que le rasquen el trasero y que incluso tenga ¡una persona favorita para hacerlo! Y seguir a su dueño hacia abajo sólo para conseguir que le rasque su trasero. ¡Es de lo más adorable!

Se puede ver en el vídeo lo feliz que es cuando le rasca el trasero. Sin duda, estos animales son adorables, y esa cara sonriente lo dice todo.

¡No olvides compartirlo si te ha gustado! https://www.youtube.com/watch?time_continue=47&v=JSt1G7NK22k