¿Adelgazar bebiendo agua? Así es. Ya tienes la excusa perfecta para hacer de la botella de agua tu mejor amiga.
Beber agua es fundamental para nuestra salud, después de todo, como se suele decir, el 70% de nuestro cuerpo está compuesto por agua. Mantenernos correctamente hidratados hace que nuestras capacidades físicas y cognitivas se desarrollen de forma óptima, nuestros riñones se depuren con más facilidad y nuestras células reciban el alimento y el oxígeno necesario para su supervivencia.
Lo cierto es que la mayoría de las personas solo recurren al agua cuando sienten sed, es decir, cuando el cuerpo ya está deshidratado, a pesar de las recomendaciones de los médicos que nos instan a beber entorno a 2 litros de agua a lo largo del día. Quizás ahora que sabemos que nos puede ayudar a aligerar la barriga veamos ese consejo con otros ojos.
¿Por qué el agua puede ayudarnos a adelgazar?
La razón es tan simple como que, mientras más agua bebemos, más lleno nos sentimos. De hecho beber un par de vasos de agua antes de comer hará que tu estómago se expanda y envíe la señal de que te encuentras satisfecho antes de que arrases con toda la comida de la mesa.
Una reciente investigación publicada en 'Obesity' en la se analizó los cambios en el peso y volumen de dos grupos de adultos divididos entre quienes debían beber medio litro de agua algunos minutos antes de comer y quienes debían imaginar que estaban llenos antes de comenzar a zampar.
Los resultados mostraron que a diferencia de los que comenzaron a comer con el estómago lleno de agua, quienes perdieron algo más de un kilo tras 12 semanas, los que tuvieron que dar rienda suelta a su imaginación no adelgazaron ni un solo gramo. La explicación a este resultado es tan simple como que aquellos que bebían agua comenzaban a comer con la sensación de estar medio satisfechos y por lo tanto ingerían menos calorías.
Los efectos del agua son tan beneficiosos en este sentido ya que además de ayudar a sentirnos saciados, lo hace sin añadir calorías extras. El truco de beber antes de comer no funciona con cualquier líquido, en muchas ocasiones, ni siquiera los zumos. Es muy común que algunas personas decidan evitar el refresco a cambio de tomar zumos subestimando la gran cantidad de calorías que estos contienen.
Muy bien, hemos hablado acerca de los beneficios del agua y de cómo esta nos ayuda a reducir la ingesta de calorías. Pero, si te digo que además de ayudarnos el consumo, el agua también quema calorías por sí sola, ¿me creerías?
Aunque suene increíble, la ingesta de agua hace que aumente el gasto calórico propio y la quema de grasas, de hecho, un estudio realizado en un hospital alemán demostró que aquellos individuos que tomaron dos vasos de agua a temperatura ambiente aumentaron su tasa metabólica en un 30% en sólo media hora.
Lo mejor de todo es que el efecto del agua puede ser todavía más impactante en el organismo si está fría.
Esta actividad repentina del organismo se debe, en gran medida, a que los cuerpos necesitan gastar energía para calentar el agua fría que ingerimos y ponerla a la temperatura corporal habitual. Es por eso que mientras más fría esté el agua que bebamos, más energía gastaremos en calentarla y por lo tanto más calorías quemaremos.
Por otro lado, otro artículo científico publicado en la revista 'Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism' que defendía esta teoría asegura que con cada vaso de agua helada de unos 25cl que tomemos, nuestro cuerpo quemará alrededor de 7 calorías. Teniendo estas cifras en mente, tan solo bebiendo 10 vasos de agua fría al día quemaremos 490 calorías por semana. Increíble, ¿verdad?
Recuerda acompañar este hábito con una dieta saludable y ejercicio regular para obtener los mejores resultados.
¿Empezarás a beber agua fría a diario? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios! ¡Compártelo con todos tus amigos! Fuente: Correryfitness Imagen de portada: María Pérez para Rolloid