No sabemos qué es lo que tiene la comida basura que siempre nos apetece acompañarla con un refresco. Si ya de por sí este tipo de comida es rica en grasas saturadas y calorías, además le añadimos el azúcar del refresco. Pero no sólo eso, según un reciente estudio científico el resultado de esta mezcla explosiva podría ser aún peor de lo que pensábamos. Quizás después de leer esto te replantees volver a tomarlos juntos.
Azúcar + Proteína = ¿Explosión segura?
Todos estamos de acuerdo en que el azúcar tiene un sabor que nos encanta. El problema es que está hecha para eso, para engancharnos. La mayor fuente de azúcares de nuestra dieta proviene de bebidas azucaradas, y ese es el motivo por el que se llevan a cabo tantos estudios de salud sobre el tema.
Todos conocemos los innumerables beneficios para la salud de las dietas ricas en proteínas: te sientes más saciado, mejor funcionamiento del metabolismo y menor gasto de energía. Pero... ¿te has preguntado alguna vez qué ocurre cuando combinamos las proteínas con el azúcar? ¿Cuándo nos comemos, por ejemplo, una hamburguesa con un refresco?
La mezcla a estudio
Un nuevo estudio publicado en BMC Nutrition ha analizado a 24 voluntarios que pasaron 24 horas en una cámara metabólica en dos situaciones diferentes. Este sistema permite medir exactamente cómo utiliza el cuerpo los nutrientes de los alimentos. En concreto se analizó el consumo de oxígeno, la producción de dióxido de carbono y la excreción urinaria de nitrógeno.
Para que el estudio fuera completamente fiable, todos los voluntarios comieron exactamente lo mismo durante un día completo. En una de las visitas siguieron una dieta que consistía en un 15% de proteínas y en la otra, un 30% de proteínas.
Cada comida la acompañaban de una bebida azucarada o endulzada artificialmente. Cuando terminaban, se les preguntó si seguían teniendo hambre y qué tipos de alimentos deseaban comer.
Los resultados
Los resultados fueron realmente deprimentes para los que defienden este tipo de bebidas. Mostraron que beber un refresco azucarado con una comida disminuye significativamente el gasto de la grasa y la termogénesis inducida. Además se probó que si esa comida era rica en proteínas, el resultado era aún peor: disminuía más el consumo de grasa y la termogénesis inducida por la dieta era de más del 40%.
Al final del día, solo dos tercios de las calorías azucaradas del refresco se habían consumido, creando así un superávit de 40 kcal independientemente de la cantidad de proteínas de la comida. El resto de ellas se quedan un tiempo con nosotros.
Estos resultados nos muestran el gran impacto que tiene el consumo de refrescos azucarados sobre el equilibrio energético y el uso de la grasa. No solo engordan considerablemente, sino que además son capaces de anular los beneficios de una dieta sana.
¿Eres de los que siempre se come una hamburguesa acompañada de un refresco? ¿Qué te parecen los resultados del estudio? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante estudio con tus amigos! Imagen de portada: Sira Anamwong / Shutterstock Fuente: biomedcentral