La compra a granel es una manera ideal de permanecer abastecido de comida durante un largo periodo de tiempo sin tener que gastarte una fortuna en ello.
Cuando compramos grandes cantidades de comida solemos congelar una parte para que se mantenga en buenas condiciones hasta el momento en el que queramos consumirlo, y ahí es donde viene el problema.
La mayoría de personas no saben que hay muchos alimentos que no se deben meter en el congelador bien sea por motivos de seguridad o de calidad.
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Los melones, los apios, los pepinos o la lechuga son alimentos con un gran contenido en agua que no se deben meter en el congelador ya que, cuando los vayas a consumir, estarán blandos y empapados.
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El yogurt, las natillas, la crema agria, etc. no se deben meter en el congelador ya que sus componentes acaban separándose, cambian su textura y se cortan cuando se congelan.
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No hay ningún problema en congelar quesos duros como el cheddar, el suizo o el parmesano, pero cuando se trata de quesos en crema, el requesón o el queso de cabra, no es nada recomendable, ya que también perderá su textura ligera y esponjosa.
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Estos alimentos acabarán empapados cuando se descongelen, por lo que su textura crujiente se volverá blanda y escurridiza.
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Los componentes de las salsas que se han espesado con harina o almidón de maíz se separan cuando estas se congelan y, por lo tanto, perderán su textura cremosa.
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La pasta cocida jamás se debe congelar ya que, una vez que se descongele, quedará demasiado blanda. Si quieres congelar pasta, asegúrate que esté cruda o muy poco hervida.
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No hay ningún problema en congelar los huevos hervidos, el problema viene si tu intención es congelarlos sin hervir y con la cascara, ya que esta se romperá y tu congelador se llenará de huevo por todas partes, algo nada agradable.
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