A pesar de que cada día contamos con más herramientas que nos ayudan a conocer en profundidad a los bebés, todavía existen infinidad de aspectos que desconocemos sobre ellos y algunos que, aunque ya los sabemos, nos siguen sorprendiendo.

La madre naturaleza es muy sabia y una vez más nos lo vuelve a demostrar. Parece mentira que estas criaturitas puedan encerrar tantos secretos y habilidades a pesar de que necesiten nuestros cuidados y atención para que puedan crecer sanos y fuertes.

A continuación te mostramos algunas curiosidades muy interesantes sobre los bebés que harán que los veas de forma diferente: 1- Carecen de mal aliento y sudor

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Pues sí, un bebé jamás tendrá mal aliento. Resulta que como aún no tienen dientes, tampoco tienen lugar para que se alojen los restos de comida donde las bacterias puedan crecer a su gusto.

Además, es imposible que estos pequeñines huelan a sudor debido a que las glándulas sudoríparas no están todavía lo suficientemente maduras.

2- No producen lágrimas

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De algo podemos estar seguros: si no vemos lágrimas en los recién nacido, no será porque estos no lo intenten. Lloran, gritan y gimotean pero no sueltan ni una gota debido a que los conductos lagrimales aún están cerrados.

3- Estornudan para limpiar las vías respiratorias

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¿Te has percatado de la frecuencia con la que los recién nacidos estornudan? Si eres primerizo, quizás hayas llegado a pensar que tu pequeño había cogido un resfriado. Pues no, salvo que presente fiebre u otros síntomas, los recién nacidos utilizan los estornudos para limpiar las vías respiratorias.

4- Saben nadar

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Pensándolo fríamente, no debería de extrañarnos, al fin y al cabo, se pasan 9 meses en un ambiente acuático conformado por el líquido amniótico. Por supuesto que allí dentro no necesitan sus pulmones para respirar; aún así, la estrecha relación con el agua es algo que su cuerpo no “olvida” hasta que pasan unos meses.

5- Duermen mejor en un entorno con ruido

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Al contrario de lo que podríamos pensar, un entorno con algo de ruido será el lugar perfecto para que un recién nacido se duerma. Esta extraña predilección por los sonidos se deben a que les ayuda a relajarse, ya que les hace a sentir como en casa, es decir, en el útero materno. Utilizar grabaciones de latidos del corazón o sonidos de un ambiente acuático es muy útil a la hora de que los más pequeños se relajen.

6- No reconocen la sal pero prefieren el dulce

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Al igual que ocurre con muchas partes de su cuerpo, las papilas gustativas de los recién nacidos no se encuentran desarrolladas por completo, por lo que el sentido del gusto deja mucho que desear. Por eso es tan importante que se les dé exclusivamente el pecho durante los primeros 6 meses de vida y no se les añada sal o azúcar a sus papillas ya que sus riñones y otros órganos no procesarán correctamente esos ingredientes.

7- Respiran y tragan a la vez

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Prueba a hacerlo tú. Imposible, ¿verdad? Esta capacidad también está relacionada con la adaptación al medio acuático que sufren mientras permanecen en el vientre materno. Del mismo modo que saben mantener la respiración cuando nadan, son también capaces de respirar y tragar a la vez.

8- Genéticamente programados

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De manera instintiva, los recién nacidos responden a las voces humanas, especialmente las femeninas. Lo cierto es que el oído es el sentido que antes desarrollan los bebés. El feto puede distinguir la voz de su madre en el segundo trimestre de gestación y, al poco tiempo de nacer, es capaz de girarse hacia el lugar del que proceden los ruidos que detecta.

9- Tienen la cabeza y el cerebro más grandes

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Como podrás haber comprobado en más de una ocasión, la cabeza de los recién nacidos son mucho mayores al tamaño que les correspondería en relación a su cuerpo. Tanto es así que representa nada más y nada menos que un cuarto de su peso total.

Más sorprendente es aún que el cerebro de los recién nacidos correspondan entorno al 10% de su peso total mientras que en la fase adulta, nuestro cerebro no suele representar más del 2%.

10- Sentido del olfato muy desarrollado

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Puesto que el sentido de la vista no está muy desarrollado en los recién nacidos a pesar de que tengan los ojos abiertos como platos, junto con el oído, el olfato se vuelven imprescindible para el pequeño a la hora de localizar a su mamá. Incluso en la oscuridad, un recién nacido sería capaz de mirar en la dirección en la que se encuentra la madre.

11- Tienen más huesos pero carecen de rótulas

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A diferencia de cuando somos adultos que contamos con 206 huesos, cuando somos recién nacidos llegamos a contar con más o menos 300 huesos en nuestro cuerpo. Esta enorme transformación se debe a que muchos de los huesos se van soldando con el paso del tiempo.

En el caso de las rótulas, estas comienzan a formarse cuando cumplimos 2 años a partir de un cartílago que se osifica con el tiempo. Por eso es tan importante que en edades muy tempranas no se ponga de pie al bebé.

¿Sabías todas estas cosas? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios! ¡Compártelo con todos tus amigos! Imagen portada: Khomich Yauheni/Shutterstock