Cuando Justina Strumilaite conoció a Brownie, fue amor a primera vista. El pequeño gatito tenía sólo dos dedos en su pata derecha y tenía dificultad para comer.
Estaban seguros de que el pequeño Brownie, que había sido la única cría con problemas de la camada, no sobreviviría más de unas pocas semanas.
Sin embargo, Justina no se dio por vencida y confiaba en su recuperación, y por tanto estuvo a su lado en todo momento para ayudarlo a superar sus problemas.
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Finalmente, Brownie empezó a comer de forma adecuada y fue ganando peso, y ahora Brownie se ha convertido en una adorable y sana bolita de pelo marrón.