Ésta es la historia de James, un niño de 9 años que sufre autismo y síndrome de Down. Cuando James tenía tres años, su madre LynnMarie le compró una tableta digital y pronto se dio cuenta de que era una herramienta que le ayudaba enormemente a aprender y a comunicarse.
Siempre ha tenido muchos problemas para poder tratar con las demás personas y expresarse, pero desde que le regalamos la tablet, su comportamiento dio un giro tremendo.
Un día, esa tableta, que se había convertido en un dispositivo imprescindible en su vida, se rompió por accidente justo cuando se aproximaba un enorme temporal de nieve hacia el pueblo de la familia, por lo que la mujer supo que tenía que hacerse con uno nuevo lo antes posible por el bien de su hijo.
A la siguiente mañana, madre e hijo se dirigieron a la tienda más cercana para conseguir un nuevo dispositivo antes de que llegase la tormenta. Estando dentro del comercio, algo llamó la atención de James que de repente echó a correr con la mala fortuna de terminar golpeándose la cara contra un cristal.
LynnMarie pudo notar que todas las miradas de la tienda se dirigían hacia su hijo transmitiendo todo tipo de perjuicios.
Fue entonces cuando uno de los empleados de la tienda hizo algo por James que su madre nunca esperaría.
Sigue leyendo para conocer más acerca de la historia de James y LynMarie.
"Escribo para hacerles saber el increíble trato que tuvo uno de sus empleados hacia mí y hacia mi hijo ayer cuando fuimos a comprar un nuevo ipad.
Mi hijo James tuvo su primer contacto con una tablet a los tres años y desde aquel momento noté que era una herramienta estupenda para que aprendiera a comunicarse con los demás."
"James nació con síndrome de Down y a los 6 años se le diagnosticó autismo, por lo que todos los días utilizamos el ipad como una herramienta de aprendizaje.
Por desgracia, después de siete años de uso terminó rompiéndose, por lo que decidimos ir a conseguir uno nuevo."
"El jueves, James y yo nos dirigimos a una tienda de Green Hills. Mientras yo miraba las diferentes tablets, algo despertó el interés de mi hijo que sin previo aviso echó a correr a toda velocidad hacia la puerta, el problema es que la puerta era de vidrio transparente, por lo que se dio un tremendo golpe que lo tiró al suelo. Toda la tienda se quedó sin aliento al oír el golpe de la cabeza de James contra el cristal.
Corrí hacia él para tratar de consolarlo. James tolera bastante el dolor, por lo que su llanto no duró demasiado, sin embargo, yo estaba muy preocupada. Mientras lo abrazaba sentada en el suelo un empleado se acercó y se sentó a mi lado. Preguntó si James se encontraba bien y si había algo que él pudiese hacer para ayudar. Creo que fue en ese momento cuando se dio cuanta de que James tenía necesidades especiales."
"'No te preocupes, estamos bien, aunque parece que a él le saldrá un buen chichón en la frente', le dije yo. Su empleado contestó, 'Bueno, ¿qué puedo hacer por ti?'
Le dije, 'En realidad hemos venido aquí para comprar una tablet, así que puedes vendérnoslo y configurarlo... aquí junto a nosotros te lo agradecería.'"
"Pero eso no fue todo. Cuando fuimos a pagar el dispositivo que mi hijo llevaba muy contento en la mano, el empleado de la tienda nos dijo que no era necesario. Había estado hablando con el supervisor sobre el bien que podía hacer en James y decidieron regalárselo para que siempre se acordase de este día.
El empleado se sentó con James en el suelo de la tienda y configuró su nuevo regalo. No tengo palabras para agradecer la forma en la que nos trató ahí sentados en el suelo. No puso ningún tipo de pegas a pesar de que pudo haber esperado a que nos reincorporásemos, o decidiésemos ir en otro momento. Estuvo todo el rato tratando de reconfortar a James e incluso se sacaron varias fotos.
La vida es un viaje de aprendizaje. Yo pasé por esta experiencia para recordar que existen personas preocupadas por los demás. A veces nos concentramos tanto en nuestros intereses que ignoramos las necesidades de otros."