Hoy en día podemos encontrar medicamentos para casi todo. Este gran avance de la medicina sería un hecho positivo si no fuese porque cada vez más tendemos a automedicarnos más, y a tomar pastillas para cualquier pequeño dolor o molestia que aparezca.
Al primer síntoma nos tomamos una pastilla, sin pararnos a pensar si realmente la necesitamos o si es el mejor remedio para lo que nos ocurre.
Sin duda, el medicamento más popular y del que la mayoría de la población abusa es el ibuprofeno. El problema es que su efecto es temporal, por lo que cuanto más frecuentemente lo tomes, más comprimidos necesitarás.
Por lo tanto, puede ser lo correcto cuando sufres un dolor de cabeza o muscular aislado, pero ¿qué ocurre si los dolores son crónicos? ¿Es bueno tomar ibuprofeno?
El uso del ibuprofeno se ha hecho mucho más común de lo que debería.
Nuevas investigaciones demuestran que un uso incorrecto de este puede conllevar graves daños para la salud, intoxicando el sistema cardiovascular o incluso llegando a provocar la muerte en los casos más graves.
Pero probablemente la mayoría de la gente después de leer esto se pregunte, ¿qué tengo que tomarme entonces cuando me duele algo? Pues aunque no lo creas la respuesta se encuentra en tu especiero: ¡cúrcuma! Seguro que ya conocías esta especia que tiene innumerables beneficios para la salud, entre los que se encuentra el alivio de dolores.
En la India, la cúrcuma es considerada tan básica en una cocina como puede serlo la sal o la pimienta. Y uno de los usos que se le da en este país es precisamente como remedio para los dolores en forma de pomada o ungüento.
La cúrcuma funciona aliviando el dolor actuando sobre la inflamación que lo produce. Esto es esencialmente lo mismo que hace el ibuprofeno, reducir la inflamación. Esta especia consigue esto gracias a su alta concentración de polifenoles. Pero, como ya hemos dicho, no es lo único para lo que la cúrcuma es mano de santo, ¡tiene unos 600 usos!
Lo único que tienes que hacer es llenar una cuchara con cúrcuma, un poco de miel y el zumo de un limón. Lo echas todo en un vaso y lo mezclas bien.
Añades una cucharadita de este concentrado en una taza caliente de agua y te lo tomas tres veces diarias. También puedes mezclar una cucharadita de cúrcuma, un poco de miel y leche, en lugar de zumo de limón. Está delicioso, es nutritivo y además muy efectivo.
En un estudio clínico publicado en el Journal of Alternative and Complementary Medicine (Periódico de medicina complementaria alternativa), la cúrcuma ha demostrado ser más eficiente y mucho más segura que el ibuprofeno, especialmente en el tratamiento de la osteoartritis.
En el estudio, 109 participantes con osteoartritis fueron divididos en dos grupos. Los participantes del primer grupo tomaron 800 mg de ibuprofeno, y los del segundo grupo 2000 mg de cúrcuma. Ambos grupos recibieron este tratamiento diario durante 6 semanas. Al final del estudio, los que habían tomado la cúrcuma tuvieron resultados significativamente mejores.
Así que ya sabes, la próxima vez que te duela algo, no recurras instantáneamente a un ibuprofeno, ve a la cocina y recurre a la cúrcuma. ¡Conseguirás aliviar tus dolores y beneficiarás a tu salud!