'Estaba haciendo de niñera de una pequeña niña de 7 años por primera vez. Me preguntó si ella podía invitar a su vecina Maria a jugar en la casa.
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Le respondí que claro. Mientras María venía de camino le pregunté a la niña sobre María (su edad, lo que le gustaba hacer, etc) para ver si había algo que pudiese preparar para cuando Maria llegara.
Me dijo que María era la niñas más simpática de su clase y que todo el mundo adoraba jugar con ella en el recreo y que a María le encantaba pintar.
Resultó que María tenía síndrome de Down. Ni una vez la pequeña niña de 7 años a la que estaba cuidando había mencionado eso o que María fuera diferente en ningún aspecto.
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Considerando que yo enseño en Educación Especial me tocó el corazón ver a una niña con necesidades especiales ser incluída y aceptada por el resto de niños sin problemas.
Han pasado tres años desde esa tarde y ahora trabajo en la escuela a la que ambas niñas van (estoy todavía en la universidad a punto de obtener mi título).
Hace unos días me pidieron que supervisara el recreo y me encontré con la niña a la que tuve que cuidar y con María.
El programa de adaptación de la escuela es fantástico, puedo deciros que cada estudiante de necesidades especiales puede participar en todas las actividades (por elección del estudiante claro, nunca se fuerza a nadie). María es una de las chicas más populares en su clase y es realmente dulce con todo el mundo.
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Los niños son sin duda los más bondadosos de la tierra'.
