Decidir perder peso puede convertirse en una de las odiseas más épicas de nuestra vida. A priori, puede parecer exagerado pero quien haya buceado un poco en el amplio océano de las dietas, sabrá de lo que hablamos.
Los pasos son sencillos. Primero empiezas a seguir a un montón de fitness en Instagram porque, como todo el mundo sabe, ver cuerpos perfectos ayuda a motivarte para conseguir ese cuerpo diez.
Así que te armas de valor y te diriges al supermercado para cargar tu nevera de suministros verdes, mucha fibra y algún que otro té diurético.
Entonces te apuntas al gimnasio. El siguiente paso ya ha llegado. Pasas semanas comiendo zanahorias y haciendo spinning, pero... Algo no funciona como debería. Tu cuerpo sigue pareciéndose más a los antes de las cuentas fitness que al después, ¿verdad?
¿Por qué la hora en la que como está saboteando mi dieta?
Al levantarnos es sencillo. Todo empieza bien. Un vaso de agua con limón, una tostada integral y un café solo.
Una pieza de fruta a media mañana, una ensalada de almuerzo y ya casi está. Hemos llegado a la mitad del día sin saltarnos la dieta. Pero de repente llega la hora de la cena y tienes tanta hambre que acabas en el McDonald devorando un menú Big Mac.
No, no tiene nada que ver con la fuerza de voluntad. La gran culpable de tus "pecados" es la hora.
Según un nuevo estudio, las hormonas de la saciedad encuentran en la tarde su hora más baja, y las del hambre la más alta. Así, los expertos sostienen que los atracones tardíos no tienen nada que ver con las malas costumbres alimenticias.
En 2013, se publicó un estudio titulado Timing of food intake predicts weight loss effectiveness, en el que un grupo de participantes eran sometidos a una dieta para perder peso antes de las tres de la tarde, y el otro grupo después.
El primer grupo adelgazó casi dos kilos más, aunque en total hubieran consumido la misma cantidad de calorías.
Sea como sea, está claro que si quieres completar tu plan de adelgazamiento con éxito vas a tener que hacerte fuerte y resistir cuando tengas la necesidad de pegarte un "atracón".
Intenta buscar alternativas sanas cuando sientas la llamada de la comida basura a las nueve de la noche.