Cuando se es joven la mayoría de personas solemos tender a no ir a revisión médica tan a menudo como se debería, y cuando lo hacemos pensamos que deberían tener la solución a todos nuestros problemas en cuanto se los contamos.
A medida que envejecemos, sin embargo, aprendes que los médicos también son humanos y que puede que no tengan la respuesta a todos los problemas.
Una madre en Reino Unido llamada Hayley Laughton, con tan sólo 23 años, tenía dificultades para mantener los alimentos en su estómago después de comer. Su peso se redujo drásticamente por la falta de alimentación.
Le diagnosticaron anorexia, depresión y todo tipo de trastornos relacionados con la salud mental pero ningún tratamiento parecía ser efectivo.
'Cada vez que trataba de comer vomitaba y me sentía realmente sofocada. Fue una absoluta pesadilla' dijo Laughton. "Llegó al punto de que no era capaz ni de cuidar a su hijo de 4 años de edad Riley"
No fue hasta que fue de vacaciones a España con su familia cuando un médico la diagnosticó correctamente. Sufrió una convulsión causada por la deshidratación ya que le era difícil hasta beber agua. El médico le dijo que su caso tan sólo lo había visto una vez en su vida.
Resulta que Laughton tenía acalasia esofágica, un trastorno del esófago que produce que los músculos que permiten que el alimento pase al estómago dejen de funcionar correctamente.
Es una enfermedad relativamente rara que afecta a cerca de 6.000 personas en Gran Bretaña, principalmente a mujeres mayores.
Laughton admite que se sintió aliviada cuando por fin le dieron el diagnóstico correcto ya que ahora podría finalmente llevar una vida normal después de tanto tiempo. Se sometió a una operación y todo parece ir mejor.
'Ha sido una pesadilla y sólo quiero que la gente se de cuenta de que existe esta enfermedad para ayudar a personas que puedan estar pasando por lo mismo' declaró. Esperamos que su historia al menos sirva para ayudar a otras personas.
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