Era una mañana de lunes cuando los niños entraban emocionados en clase. La tarea que habían tenido que realizar ese fin de semana era vender algo y luego hablar en clase sobre cómo lo habían hecho.
La primera en empezar fue la pequeña Sally, 'vendí galletas típicas de las Girl Scouts y conseguí unos 30€' explicó orgullosa. 'Mi táctica para venderlas consistía en convencerles de que era por una buena causa y que así podrían ayudarme con el proyecto de clase, claramente ha funcionado.'
'Muy bien hecho' le dijo el profesor.
La siguiente fue Jenny 'pues yo me he dedicado a vender revistas y he conseguido en total 45€, la forma de venderlas fue explicarle a todo el mundo que las revistas les mantendrían informados de lo que estaba ocurriendo en el mundo'.
'Muy bien Jenny' dijo la profesora de nuevo.
Después de varios compañeros más, por fin llegó el turno de Johnny. Pero el profesor no se podía creer lo que veía cuando el chico se levantó y fue al frente de la clase con 2.467€ en la mano, toda una caja llena de billetes.
¿2.467€? preguntó el profesor. '¿Qué has vendido para conseguir tantísimo dinero?'
'Cepillos de dientes...' respondió simplemente el pequeño Johnny.
¿Cepillos de dientes?' preguntó confuso el profesor. ¿Cómo has podido vender tantos cepillos de dientes para conseguir esa gran cantidad de dinero?
'Pues fue bastante fácil, fui a la esquina de la ciudad por donde pasa más gente diariamente' explicó el chico 'Allí coloqué un puesto de patatas mojadas en salsa y le daba una muestra gratis a cada persona que pasaba por allí. Todos decían lo mismo después de probarlo: ¡sabe a caca de perro!'. Entonces aprovechaba el momento y les ofrecía comprar un cepillo de dientes.
Es fácil, usé la táctica del gobierno: te doy algo malo gratis, y después te hago pagar para eliminarlo de tu vida...'
Y lo cierto es que profesor se quedó sin palabras ante esta historia... ¿Cómo te has quedado tú?
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