Esta es la historia de Emma, una mujer de Norfolk, Inglaterra. Todo ocurrió en un supermercado de una famosa cadena multinacional, cuando realizaba la compra como un día cualquiera. Cuando se disponía a pagar observó que una de las cajas estaba vacía, por lo que se dirigió hasta allí y comenzó a depositar su compra sobre la cinta transportadora.
Pero Emma se sorprendió al ver que Rob, el cajero que la atendía en ese momento, trataba con descuido sus artículos y se comportaba de forma extraña. Pero gracias a la experiencia de Emma, no tardó en comprender que le ocurría a Rob.
Cuando Emma volvió a casa, publicó una carta en Facebook dirigida a la compañía de manera que todo el mundo de la cadena de supermercados donde trabaja Rob pudiese hacerse eco, incluido su jefe.
Sigue leyendo para conocer más acerca de la experiencia de Emma.
Emma escribía en su perfil de Facebook recientemente, "Me gustaría contarles la experiencia que he vivido hoy en uno de sus supermercados.
Cuando llegué a las cajas con el carro hasta arriba de cosas, vi que una de ellas estaba totalmente vacía, así que fui directamente hacia ella y comencé a depositar mi compra sobre la cinta transportadora".
"El chico de la caja me saludó y empezó a escanear mis artículos mientras yo aún continuaba vaciando el carrito. Se trataba de una compra bastante grande, se podrán imaginar lo que me esperaba cuando tuviese que guardarlo todo en las bolsas".
"Cuando le pedí al empleado de la caja que me diese unas cuantas bolsas, observé que se comportaba de manera extraña. Antes de darme las bolsas las contó delante de mí en repetidas ocasiones, demasiadas para decir verdad".
"El chico no mantenía ninguna conversación conmigo. Era evidente que algo no iba bien, incluso aplastó mi pan cuando lo pasó por la caja. Yo por mi parte esperé con paciencia mientras él se tomaba su tiempo a la hora de escanear los artículos más complicados".
"Fue justo cuando iba a pagar el momento en que realmente lo comprendí todo. Como era de esperar viendo cómo se había comportado hasta entonces, después de entregarle el dinero comenzó a contarlo una y otra frente a mí de forma compulsiva".
"Sin embargo, nada de lo que pasó mientras hacía la compra me molestó lo más mínimo.
Le pregunté cómo le iba en el trabajo y fue entonces cuando me habló un poco sobre su experiencia como trabajador y la forma en que le habían dado una oportunidad después de haber sido rechazado en muchos otros lugares".
Este es Ethan, el hijo de 12 años de Emma. Ethan tiene el síndrome de Asperger, un trastorno que se encuentra en el espectro del autismo.
"Ver a aquel muchacho atendiéndome en la tienda como madre de un niño tiene autismo me produce felicidad y satisfacción. Me alegra que existan personas como ustedes que ofrezcan igualdad de oportunidades a todas las personas. Esa simple oportunidad es capaz de causar un cambio inimaginable en personas como Rob o mi hijo.
Así que muchas gracias, ha sido un verdadero placer hacer la compra contigo.
¡Comparte esta historia con todos tus amigos!