Gracias al continuo avance de la tecnología, cada vez tenemos más herramientas a nuestro alcance para averiguar cómo era la vida de nuestros antepasados.

Curiosamente, cuanto más creemos entender su día a día, más sorprendidos nos hallamos, pues nos descubrimos que en el pasado se llevaron a cabo ciertos comportamientos realmente que hoy en día son inconcebibles.

A continuación te mostramos 8 comportamientos de la antigüedad que resultarían impensables hoy en día: 1- Baños públicos de la antigua Roma

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Ya sabemos que los romanos cuidaban bastante su higiene, sin embargo, solo unas pocas personas podían darse el lujo de tener un baño privado en su casa.

El 95% de la población usaba unos baños públicos compuestos por largas hileras de asientos de piedra maciza o madera con un agujero cada pocos metros. Una corriente de agua constante se encargaba de llevar los desechos a un sistema de alcantarillado. Como puedes ver, el sentido de la privacidad no era demasiado valorado en aquella época. ¿Puede haber algo mejor que defecar en compañía?

2- Los excrementos de algunos animales se usaban como tratamiento médico

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Puede sonar asqueroso, pero nuestros antepasados usaron estiércol para curar y tratar diferentes enfermedades.

Por ejemplo, las mujeres de la antigua Grecia creían que el estiércol de cocodrilo podía usarse como un poderoso anticonceptivo, así que lo introducían en su vagina. En el antiguo Egipto, los guerreros aplicaban estiércol sobre sus heridas. Los excrementos de las ovejas se usaban en la medicina popular escocesa para tratar la viruela, y el estiércol fresco de cerdo se utilizaba para detener las hemorragias nasales.

Consejo del día: no intentes ninguno de estos remedios en casa.

3- En la antigua Roma, los padres podían vender a sus hijos como esclavos, pero solo 3 veces

El padre era el jefe de la familia y poseía poder absoluto sobre su esposa e hijos. Por esta razón, el padre tenía el derecho de decidir si quería mantener a sus hijos o prefería ganar algún dinerillo vendiéndolos como esclavos.

Si la persona que compraba al "esclavo" ya no lo necesitaba, este regresaba a la casa de su padre, momento en el que podía volver a ser vendido. Esto solo podía ocurrir 3 veces, de lo contrario, el progenitor era considerado una mala figura paternal. Por suerte, muy pocos padres fueron tan crueles.

4- Los médicos usaban ajo como prueba de embarazo

Allá por el 1.350 a. C., algunas de las pruebas de embarazo más extendidas consistían en humedecer una semilla de trigo con orina y ver si esta brotaba, o introducir un diente de ajo en la vagina toda una noche. Si a la mañana siguiente el aliento de la mujer olía a ajo, entonces estaba embarazada.

5- Agujeros en la cabeza para liberar a los espíritus

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Hubo un tiempo en que los médicos creían que muchas enfermedades eran causadas por un espíritu maligno atrapado en la cabeza, por lo que una solución más que válida era agujerearla para que el ser pudiera salir. Afortunadamente, esta práctica fue abandonada casi por completo a finales de la Edad Media.

6- Era legal acabar con el amante de una hija

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Como dijimos anteriormente, en la antigüedad la figura paterna ejercía una gran influencia sobre toda su familia, especialmente sobre sus hijas solteras. Tanto es así que un padre tenía el derecho legal de matar al amante de su hija (e incluso a ella) si los sorprendía teniendo sexo antes del matrimonio.

7- Las mujeres usaban plomo y azufre para teñir el cabello

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La gente se ha pintado el pelo desde la antigüedad, a veces utilizando métodos bastante peligrosos para la salud. Aunque en la mayoría de los casos utilizaban productos vegetales, los griegos y los romanos también usaban algunas sustancias químicas para teñirse el cabello entre las que se incluían el azufre.

En realidad no hay que viajar tan atrás para descubrir tintes insólitos. Allá por el 1.700, a los italianos les encantaba remojar su larga melena en soluciones corrosivas de lejía para obtener un color dorado. Por su parte, muchas mujeres europeas hicieron uso del azafrán o polvo de azufre en un intento por mejorar su apariencia.

8- En el antiguo Egipto, la gente se afeitaba las cejas en señal de luto por sus gatos

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La gente del antiguo Egipto adoraba a los gatos y creía que traían buena suerte a las familias con las que vivían. Bastet, la diosa del hogar, los gatos y la fertilidad, se representaba como un gato o como una mujer con la cabeza de un gato. Los gatos eran sagrados y cualquiera que los lastimara era condenado a muerte.

Curiosamente, la familias egipcias mostraban el dolor producido por la muerte de un gato de la familia afeitándose las cejas.

Dato interesante: Alejandro Magno, Julio César, Genghis Khan, Napoleón y Hitler padecían ailurofobia, miedo a los gatos.

¿Te imaginas siquiera viviendo en la antigüedad? ¿Qué es lo que más te ha sorprendido? ¡Déjanos tu respuesta en los comentarios! ¡Comparte estos comportamientos de nuestros antepasados con todos tus amigos!