Como ya sabrás, las manos juegan un papel fundamental en la transmisión de gérmenes incluso después de que nos las lavemos concienzudamente con agua y jabón; al fin y al cabo nuestras manos son el medio habitual que utilizamos para interactuar con un entorno lleno de bacterias y gérmenes.
Muchas personas olvidan este hecho y no son conscientes de la necesidad de tomar ciertas precauciones a la hora de impedir que los gérmenes entren en nuestro organismo.
Y es que utilizamos nuestras manos para interactuar con nuestro cuerpo sin respetar demasiado ciertas áreas de nuestro cuerpo que son "sagradas" y que deberíamos evitar si queremos ponérselo difícil a los microbios.
Entonces, ¿qué partes de nuestro cuerpo no deberíamos manosear? 1- Oídos
En primer lugar, nunca deberemos introducir los dedos en nuestros oídos ya que estaríamos exponiendo nuestro canal auditivo a gérmenes externos.
Si introducimos nuestro dedo o algún otro objeto extraño en nuestro oído corremos el riesgo de romper la delgada piel que envuelve y protege el canal auditivo, haciendo que la transmisión de bacterias sea mucho más sencilla.
Aunque muchos de nosotros nos llevamos las manos a los oídos cuando experimentamos el más mínimo picor, lo recomendable es acudir al otorrinolaringólogo en lugar de revisarnos el oído por nuestra cuenta, incluso si la causa de nuestro malestar es sólo la acumulación de cerumen.
2- Cara
Resulta extremadamente habitual que nos quedemos ensimismados y sin darnos cuenta nos llevemos distraídamente las manos al rostro.
Desafortunadamente, con esta práctica aumentamos el riesgo de que las bacterias del entorno acaben en nuestro cuerpo.
3- Trasero
Es inevitable que nuestras manos merodeen esa zona cada vez que vamos al baño, sin embargo, deberíamos prestar más atención a la higiene de las mismas cada vez que visitamos el inodoro.
Recuerda que es en ese lugar donde residen algunas de las bacterias más dañinas que produce nuestro cuerpo, por lo que es indispensable que nos lavemos bien las manos la próxima vez que vayamos al baño.
4- Ojos
Bajo ningún concepto debemos tocarnos nuestros globos oculares. Solamente tendremos excusa de llevar las manos a esa zona si necesitemos colocarnos unas lentillas o necesitemos retirar alguna partícula extraña.
Al establecer contacto con nuestras manos desnudas corremos un alto riesgo de introducir gérmenes que pueden causar algo más que un simple enrojecimiento de los ojos.
5- Boca
Siempre que nos aburrimos llevamos nuestra manos cerca de nuestra boca.
De hecho, un estudio reveló que la gente coloca sus dedos alrededor de este área casi 24 veces en sólo una hora, lo que puede ser un verdadero problema si intentamos evitar la transferencia de los gérmenes que residen en nuestras manos hasta nuestra boca.
6- Nariz
Según un estudio realizado en 2006, aquellas personas que tenían por costumbre pellizcarse la nariz mostraban un 51% de probabilidades de portar en su cuerpo el estafilococo dorado, un tipo de bacteria que puede causar varias enfermedades, incluyendo furúnculos e intoxicación alimentaria.
La próxima vez que lleves tus manos a estas partes del cuerpo, sé consciente de la cantidad de infecciones y suciedad procedente de otras personas a las que estás exponiendo tu organismo.
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