En un mundo donde las personas se preocupan de mostrar únicamente la cara bonita de sus vidas y sus cuerpos, aunque incluso sea ficticia, Laura Mazza decidió hacer justo lo contrario y compartió unas fotos reales y honestas de cómo cambia el cuerpo y cómo te sientes después de dar a luz.
No, estas imágenes no son del antes y después de un anuncio para perder peso. Son las imágenes de la historia de una victoria.
"Escribo esto desde mi corazón. A la izquierda, podemos ver mi cuerpo antes de que diese a luz, sin estrías, con el ombligo en su lugar y un vientre plano. Por aquel tiempo siempre estaba haciendo dietas.
Solía tomar fotos de mi progreso, al fin y al cabo, mostrar estas fotos al resto del mundo no era nada malo, era como si estuviese en bikini, algo socialmente aceptado.
Me hacía esas imágenes porque me ayudaba a conseguir mi objetivo, conseguir el peso ideal que yo quería para mí. No comía nada de hidratos de carbono y casi nada de verdura. Me alimentaba a base de carne.
Pero aún así, estaba encantada porque veía como iba perdiendo peso y mientras más se me marcaban los huesos más me quería a mí misma.
Con el tiempo, acabé odiando la carne y sufriendo constantemente ardor de estómago. Aún así seguía viéndome gorda. Nadie sabía nada al respecto, todos me miraban y decían que tenía un aspecto atlético, que estaba sana.
Recuerdo cómo mucha gente me preguntaba cuál era mi rutina de ejercicios... ¡Me admiraban! Renové por completo mi armario para poder llevar prendas que mostrasen mi cuerpo al mundo.
A la derecha aparezco yo en la actualidad. Ahora tengo estrías, un ombligo caído, más gruesa, sin muchos huesos que se me marquen, pero sí, con mas hoyuelos de los que me gustaría producidos por la celulitis. La gente no quiere ver esta foto. De repente, mi cuerpo no está bien. No es agradable a la vista.
No es un cuerpo que deba ser admirado. Este cuerpo no es el resultado de comer solo carne. Es el resultado de comer de todo, fruta, verdura, pasta, arroz, dulces, chocolate..."
"Las cicatrices y las estrías aparecieron tras los embarazos. He comido algún dulce de más y he bebido más vino. Sin embargo, por alguna razón, no me gustaba este cuerpo. Es triste. Este cuerpo no se merecía vestir ropa sexy o renovar el armario.
A veces, me daba vergüenza hacerme fotos durante el embarazo porque no quería ver lo gorda que estaba. No admiraba este cuerpo para nada.
Sentía que la gente me obligaba a quererme tal y como era. "Solo tienes uno..." No me importaba. Quería estar delgada. Pero joder, cuando lo estaba no era feliz. Y tampoco era una vida saludable para ser honestos.
Pues bien, ¿sabes qué? He logrado más cosas con este cuerpo que con el que tenía antes. He vivido más, he disfrutado más y he dado más. Este cuerpo es del que debería sentirme orgullosa.
Debería admirarme a mí misma, quererme a mí misma. Hasta ahora no lo entendí. Hay que aceptar todos los cuerpos y las historias que hay tras ellos.
Lo que está por encima del físico son las PERSONAS. Hay que sentirse orgulloso de un cuerpo sano. Estar sanos debería ser el objetivo por el que nos deberíamos esforzar.
Todavía quiero parecerme a la de la primera foto, no cabe duda. Echo de menos ese cuerpo aunque me de pena admitirlo. Pero quiero conseguirlo de forma sana, tanto mental como físicamente. Quiero estar orgullosa de mí y en paz con mi cuerpo.
Quiero que me guste lo que tengo ahora. No... quiero amar lo que tengo ahora. No importa que talla tengas. Mereces estar orgullosa de ti misma, llevar ropa sexy y renovar todo tu armario cuando te apetezca."