Actualmente, a la mayoría de los jóvenes, cuando escuchan la palabra "matrimonio" se les ponen los vellos de punta.
El compromiso no está a la orden del día y eso es algo evidente. Nos pasamos la vida buscando a nuestra media naranja, nadie nos parece lo suficientemente perfecto y creemos que jamás seremos los protagonistas de uno de esos matrimonios perfectos que solo existen en las películas.
Lo cierto es que hay millones de parejas al día que se casan sin estar enamorados, bien por tradición, bien porque ya llevan muchos años juntos y "toca casarse" o bien porque se han cansado de buscar a su media naranja y se han conformado con el primer medio limón que ha pasado por su lado.
Aunque la generación actual preferiría casarse con su móvil antes que con su pareja, eso no quiere decir que todos los matrimonios sean iguales ni que no existan parejas felices.
El matrimonio es el mayor compromiso (después de los hijos) que establecerás con tu pareja y puede salir muy bien o muy mal.
Cuando la rutina se asoma por la puerta, tenemos dos opciones: luchamos entre los dos para echarla y evitar que entre o dejamos que se apodere de nosotros y convierta nuestro matrimonio en una auténtica pesadilla.
Esta fotógrafa de Toronto ha capturado este tipo de relación perfectamente con una serie de fotografías a las que ha titulado "Insipid".
Tessla Stuckey ha estado practicando el arte de la fotografía desde la escuela secundaria. Se graduó en el Sheridan College en 2016, y ha encontrado su estilo propio en la pasión por los retratos con todo lujo de detalles.
Tessla describe su fotografía como: "inspirada en lo absurdo, inesperado y encantador, el retrato me da la oportunidad de trabajar con un gran surtido de personalidades, alimentando sus peculiaridades y carisma. Me esfuerzo por capturar retratos que son atractivos y entretenidos a la vez".
En esta serie de fotos nos muestra la ruptura de un matrimonio joven como resultado de la rutina. Se presenta a ambos protagonistas realizando todas y cada una de las tareas diarias juntos, como si dependiesen el uno del otro.
Sin embargo, ambos tienen el semblante serio, la tensión se palpa en cada una de las fotografías y se les nota distantes aunque estén cerca.
La pareja parece poseer una situación de vida aparentemente cómoda y podemos ver todo su día a día desde que se despiertan, preparan el desayuno, se lo toman en la mesa, se visten, salen de casa, van al supermercado, etc.
Incluso podemos verles en la lavandería...
o mirando la carta de un restaurante. Siempre juntos y separados al mismo tiempo.
Podemos ver que son fotografías muy cuidadas y coloridas, que crean un gran contraste en la expresión tan seria que se refleja en el rostro de los protagonistas.
Este matrimonio no es feliz, viven inmersos en la rutina y no en el romanticismo. Esta serie de fotografías con final amargo, demuestra cómo la rutina puede llegar a ser tan tóxica que acabe definitivamente con la pareja.
Aún así, como hemos mencionado antes, no todos los matrimonios son como éste, ni mucho menos. Los finales no suelen ser tan trágicos y el amor suele tener un poco más de protagonismo en la relación. Lo que sí que está claro es que la rutina puede acabar con cualquier relación, por lo tanto debemos alimentarla con planes nuevos y detalles románticos todas las semanas.
Para ver el resto de fotografías puedes ir a la web de Tessla y echarles un vistazo.