No hay nada como poder crecer con un hermano a tu lado. A pesar de que un hermano pueda conllevar a peleas, rivalidad que suele empezar desde la infancia, y un montón de espacio que debe ser compartido a medida que crecen, todos los hermanos tienen una conexión muy especial que con suerte, se mantiene para toda la vida.
Desafortunadamente, los hermanos que pasan por procesos de adopción deben separarse en muchas ocasiones, lo que no les permite desarrollar esa conexión especial.
Sin embargo, hay también padres como Lacey Dunkin quienes se encargan de que ningún miembro en una familia de seis hermanos se sintiese separado.
A pesar de que tuvo que atravesar algunos momentos realmente difíciles para asegurarse de poder conseguir la custodia de la gran familia, nunca abandonó la idea de adoptar a este precioso grupo de niñas.
Echa un vistazo más abajo para saber más sobre esta increíble historia de adopción y ver las fotos de las seis hermanas:
Lincey Dunkin supo desde que tenía 25 años que quería ser madre, sin importarle si se llegaba a casar o no.
Después de que en 2011 recibiese el permiso de adopción, recibió una llamada que cambiaría su vida para siempre.
Facebook/ Lacey Dunkin - sixlittlebeans
La persona que le llamaba estaba buscando un padre adoptivo que pudiese acoger no uno, ni dos, ¡sino a cuatro hermanas a la vez!
Dunkin aceptó sin ninguna duda, y las niñas se mudaron con ella y con sus padres directamente.
“No puedo explicar por qué me sentí tan completa al aceptar, pero así fue. Ni siquiera consideré en ningún momento la posibilidad de no acogerlas a todas ellas juntas. Para mi eran todas o ninguna” explicaba Dunkin.
Desafortunadamente, después de nueve meses de unión, su madre biológica reclamó la custodia de las cuatro niñas, incluyendo un recién nacido que había estado viviendo con otra familia.
Pero entonces, Dunkin recibió otra llamada totalmente inesperada un mes más tarde, esta vez, de la propia madre biológica.
Facebook/ Lacey Dunkin - sixlittlebeans
La madre biológica de las niñas había decidido que quería lo mejor para sus hijas, lo que según ella era darlas en adopción a Dunkin.
Junto a esta inesperada decisión, la madre pedía una condición: quería saber si Dunkin estaría dispuesta a adoptar a todas las hermanas, incluyendo a la recién nacida.
A pesar de que Dunkin aceptó la oferta de todo corazón, las sorpresas para la adopción no cesaron aquí.
Durante el año que duró el proceso adopción, ¡la madre descubrió que estaba embarazada de un sexto hijo!
Por supuesto, Dunkin accedió a adoptar al bebé también, ¡en total serían seis niñas!
A pesar de que el proceso de adopción fué muy poco ortodoxo, la familia no podía estar más feliz de tener a las seis hermanas juntas.
“Me aportan tanta felicidad y caos, que mi vida hubiera estado vacía y hubiese sido verdaderamente aburrida sin ellas”, explicaba Lacey a Country Living.
“Es un honor ser su madre”.
Han pasado unos tres años desde la gran adopción, y Dunkin se siente cada día más afortunada de tener seis hijas.
Sophia, 9, Natalie and Melanie, ambas 7, Kaylee, 6, Lea, 4, and Cecily, 2, ¡todas ellas han crecido juntas con una madre que en ningún momento dudó en acogerlas a todas ellas como una completa familia!
Recientemente, Dunkin compartió una foto conmovedora en Facebook de todas sus queridas hijas juntas. Escribió:
He sido nominada en La Maternidad se atreve a publicar una foto que me haga feliz o orgullosa de ser una madre. He elegido esta imagen.
Elegí esta no porque fuese una foto bonita, aunque de hecho sí que lo es, sino por los recuerdos que me trae. El recuerdo del caos y el estrés que precedió a ESTA feliz y bonita imagen Mia y de mis niñas.
Lo que no se puede ver son los gritos, plegarias, negociación que precedieron a la imagen. Las lágrimas, las quejas, el camino y a mí misma dándome la vuelta pidiendo: “ todo lo que quiero es una foto de todos nosotros, ¿¿¿es tanto pedir???” ¿No me veis pidiéndole a mi madre que bajara corriendo al parque, enviando mensajes de texto al querido fotógrafo diciéndole que había sido “una mañana infernal”, o gritándole de muy mala educación a una señora que se estaba tomando su tiempo para cerrar su puerta y dejarnos a nosotros aparcar. ( No fue mi mejor momento)
Esta imagen me recuerda que incluso cuando pasamos ratos difíciles, la vida es preciosa. Que la presión produce diamantes, y que las cosas no tienen que ser “perfectas” para ser geniales. Si admiras a las mamás que hacen todo lo que haga falta para que sus niños estén saludables, felices y sean queridos, ¡Comparte esta enternecedora historia con tus amigos!