La regla, aunque es esencial para la fisiología de la mujer, suele ser una molestia para la mayoría de nosotras. Es dolorosa, molesta y en muchas ocasiones hace a las mujeres sentirse sensibles y susceptibles.
La única cosa buena que tiene el período es que por lo general suele ser bastante predecible. Viene una vez al mes, y es un recordatorio de que todo está funcionando como debe. Sin embargo, no siempre es así. Sigue leyendo para conocer la historia de esta adolescente australiana...
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Chloe Christos, esta chica australiana de 19 años que vive en Perth, Australia, tuvo su primer período con 14 años, al igual que la mayoría de las niñas.
Pero para ella, no fue cosa de una semana, se convirtió en una pesadilla ya que se prolongó durante los siguientes 5 años.
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Según ella misma cuenta: "Mi vida era, día a día, siempre bajo el cuidado de mi madre. No podía hacer nada... Me desmayaba constantemente, tenía la tensión peligrosamente baja, y apenas podía salir."
Chloe perdía una media de un litro de sangre cada cuatro días debido a su excesivo sangrado.
Para hacernos una idea, las mujeres normalmente suelen perder unos 0,05-0,1 litros durante un período.
Durante cinco largos años, su vida fue horrible, siempre condicionada por su período. Aunque no paró de luchar por encontrar un diagnóstico a su problema, a menudo los médicos no tomaban en serio sus quejas y le decían que se trataba de "problemas de mujeres."
Cuando cumplió los 19 años, por fin encontró un médico que la tomó en serio y fue capaz de diagnosticar su problema.
Tenía la enfermedad de Willebrand's, un trastorno hereditario de la coagulación, y además tenía ciertas mutaciones en proteínas asociadas con la hemofilia. Esto hacía que fuera más difícil y más lento para su cuerpo coagular la sangre y detener el sangrado.
Pero obtener un diagnóstico no resolvió los problemas de Chloe. A sus 27 años la artista y estilista seguía buscando una forma de manejar su enfermedad.
Le dieron suplementos de hierro para su anemia, y un medicamento que le ayudaba a coagular la sangre durante 12 horas. Pero era necesario que lo tomara de forma continuada y no siempre funcionaba.
Cuando todavía era una adolescente un médico le dio la opción de someterse a una histerectomía, pero no quiso perder su capacidad de tener hijos antes de incluso haber pensado en ello.
Finalmente, acudió a un centro de hemofilia en el que le han proporcionado un medicamento experimental que se da generalmente sólo a hombres con trastornos de coagulación. Se lo tiene que inyectar ella misma una vez al mes, y de momento, los efectos están siendo notables. Por primera vez en su vida, está teniendo períodos normales. Según ella misma explica: "la diferencia está entre pasarme dos semanas al mes ingresada o tomarme un paracetamol y ponerme una bolsa de agua el primer día."
De momento esta solución le permite llevar una vida normal y Chloe está dedicando su tiempo y su energía en ayudar a mujeres de todo el mundo a diagnosticar y tratar problemas similares.
Según cuenta: "Voy a hacer todo lo que pueda por ayudar a formar y concienciar al mundo, para evitar que más mujeres pasen por lo que he pasado yo."