La madre naturaleza nos ofrece cosas realmente increíbles. Hoy en día, seguimos descubriendo fósiles y otras evidencias de que nuestro planeta ha estado produciendo impresionantes maravillas durante miles de millones de años.
Así que, cuando un granjero en Argentina, encontró lo que parecía un huevo de dinosaurio, no habría sido del todo sorprendente si realmente hubiera sido eso. Pero la realidad fue completamente impactante.
Jose Antonio Nievas no pensaba que haría historia cuando decidió ir a dar un paseo por los alrededores de la granja de su familia en Argentina el día de Navidad, pero el destino tenía otras ideas.
La granja no está en una localización muy remota, sólo 40 kilómetros al norte de Buenos Aires. Pero aún así, lo que Jose encontró no parecía pertenecer al mundo tal y como lo conocemos hoy en día.
Jose se encontró con lo que parecía un huevo negro gigante cerca del lecho del río. Era tan grande e inusual, que enseguida se fue para casa para contárselo a su familia.
"Mi marido salió con el coche y cuando volvió dijo, 'He encontrado un huevo que parece de un dinosaurio,'" cuenta la mujer de Jose, Reina Coronel, en una entrevista. "Todos nos reímos porque pensábamos que era una broma."
Al principio no estaba claro lo grande que era porque estaba completamente cubierto de barro. Cuando Jose empezó a cavar alrededor, se empezó a revelar el verdadero tamaño.
Tenía como 1 metro de diámetro, por lo que era demasiado grande para ser un huevo de dinosaurio... o de cualquier otra cosa.
En realidad era una especie de cascarón, o armadura de algún animal que vivió durante la Edad de Hielo.
El cascarón pertenecía a un Glyptodon, género de un gran mamífero de la familia del armadillo. Hace más de 10.000 años, en Sudámerica vivían estas criaturas que, según los documentos fósiles, se parecen a un Volkswagen Beetle y pesa lo mismo más o menos.
Sorprendentemente, el cascarón que Jose encontró estaba en perfecto estado, lo que es muy extraño después de tantos años. Como las huellas dactilares, no hay dos cascarones de Glyptodon iguales, cada uno tiene un patrón distinto.
Los Glyptodones eran hervíboros, por lo que sus armaduras le ayudaban a protegerse de los depredadores. Fósiles de otras especies parecidas han sido encontrados en otras partes de Sudámerica, como Uruguay y Brasil.
Cada Glyptodon tiene una cola armada, que los paleontólogos creen que una señal de que luchaban entre ellos. Eran tan fuertes, que podían romper los cascarones de sus oponentes.
Los cascarones de los Glyptodones están hechos de aproximadamente 1.000 placas óseas, Estos animales tenían unos hombros enormes, unas piernas robustas y unas vértebras unidas que le ayudaban a cargar con todo ese peso.
Hay quien compara los Glyptodones con las tortugas, pero los expertos dicen que su parecido es simplemente una coincidencia. Aún así, aunque ambos provienen de diferentes antepasados, tienen formas similares de adaptarse a su hábitat.
Mientras que los Glyptodones no pueden esconder las cabezas dentro del cascarón como las tortugas, tienen una especie de "casco" en forma de gorro de hueso.
El cascarón que encontró Jose estaba dañado, y los expertos se preguntan si fueron causadas por peleas con otros Glyptodones.
A pesar de su tamaño, el cascarón es más pequeño que el de la mayoría de los Glyptodones. En esta especie puede crecer hasta 2 metros de ancho, por lo que ese debía ser joven.
Hay quien es escéptico con la legitimidad del hallazgo, pero son muchos los expertos que han confirmado que su autenticidad.
La parte verde del cascarón que Jose encontró podía aportar una pista sobre la legitimidad de este.
El agujero en el cascarón sigue dejando atónitos a los científicos. Hay otro hueco diferente para la cabeza y otro para la cola. No parece que este sea el resultado de ningún tipo de lucha, por lo que es posible que sea un daño que haya ocurrido recientemente.
Por desgracia, como hoy en día no queda ningún Glyptodon vivo, esto es todo lo que podemos saber. Lo glyptodones desaparecieron hace unos 10.000 años, al final de la Edad de Hielo, por lo que el cascarón que encontró Jose debió pertenecer a esa época.
Ciertamente, el hallazgo de Jose parece una historia de ciencia ficción, pero con unas fascinantes consecuencias en el mundo real.
Esto demuestra que, a pesar de la cantidad de años de historia de la Tierra, aún hay muchas cosas esperando a ser descubiertas.
Así que la próximas vez que explores la naturaleza, mantén los ojos bien abiertos ¡Nunca sabes lo que te puedes encontrar!
Es impresionante que una pieza histórica tan fascinante haya sido encontrada por casualidad. ¡No sabemos cuál será la próxima extraordinaria revelación científica!