Los Fisher se decantaron por Ralphie y Boss tras investigar un poco sobre qué raza de perro solía tener una mejor relación con los niños pequeños. Eligieron a estos Terranova por su calma y tremendo cariño hacia los pequeños. Sorprendentemente, los cachorros crecieron hasta alcanzar los 120 kilos y el metro ochenta desde la nariz hasta la punta de la cola. ¡Son gigantescos!
«No nos dimos cuenta de lo grandes que eran los cachorros hasta que fuimos a por ellos.»
Los niños, Lenox, Cruz y Tegan están absolutamente encantados con sus hermanos peludos. Les encanta subirse y acostarse sobre ellos.
«Son muy dulces y cariñosos» comentaba Joshua Fisher, «Se puede ver con facilidad en nuestras fotos que son unos estupendos animales de compañía, aunque son enormes y peludos son tan buenos que no tenemos problema en llevarlos a cualquier lugar.»
No importan los sitios a los que la familia vaya con los perros, siempre hay personas que preguntan asombrados por su tamaño. Son verdaderas celebridades en el pueblo.
Los Fisher dicen que la única pega de tener estos perros es que babean.
«Siempre llevo la ropa del trabajo llena de babas, mueven la cabeza y las babas salen volando por todos sitios», «Tenemos que tener toallas de emergencia por toda la casa. Puede ser una locura pero merece la pena.»
¡Comparte la curiosa historia de esta familia con todos tus amigos!
Fuente: Littlethings