Cada vez que escuchamos la palabra cine, la asociamos con películas pero también con las palomitas y su característico olor.
Muchos piensan que este aperitivo es saludable, pero esto no es del todo cierto. Depende de la forma en que estén cocinadas y de la cantidad de palomitas que comas.
Son un alimento rico en hidratos de carbono pero su composición cambia durante la preparación y dobla las calorías por cada 100 gramos.
4 Consejos para cocinar las palomitas de forma saludable
1- Olvida las palomitas dulces
La forma de cocinarlas y lo que le añadimos puede tener muchas repercusiones en nuestra salud. Las palomitas tienen muchos polifenoles, un antioxidante que ayuda a la conservación y regeneración de células. Sin embargo, el azúcar o los colorantes entorpecen su absorción y pueden causarnos enfermedades. Lo mejor será evitar las palomitas dulces.
2- Prepáralas siempre en el horno
La mejor forma para cocinar las palomitas no es en el microondas ni con aceite, sino en el horno.
Con el aire caliente conseguirás unas palomitas perfectas y mucho más sanas. Coloca el maíz en la bandeja del horno y déjalas dentro a 180 grados hasta que exploten.
3- Evita las preparadas para microondas
Las palomitas que venden en bolsas listas para prepararlas en el microondas tienen muchos ingredientes que perjudican nuestra salud como la sal, aceites de poca calidad y muchos aditivos.
Uno de ellos es el diacetilo, que lo encontramos en las palomitas con sabor a mantequilla.
Este se ha relacionado con una rara enfermedad conocida como bronquiolitis obliterante, una obstrucción inflamatoria de los bronquiolos.
Por ahora solo afecta a las personas que trabajan en las fábricas donde se elaboran, pero no se sabe si puede ser perjudicial para quienes las comen.
4- Vigila el aceite
Debes estar atento a la temperatura del aceite. El momento en el que el aceite echa humo, comienza a perder propiedades e incluso se puede volver tóxico. Pueden llegar a formarse sustancias cancerígenas. Lo mejor será estar pendiente de la temperatura del aceite.
Aunque ya sabes la mejor forma para prepararlas y lo que no tienes que hacer, los expertos recomiendan que su consumo siempre sea con moderación. Es un aperitivo que lleva grasa, sal y azúcar y lo combinamos con una vida sedentaria. Lo mejor será comerlas en pequeñas cantidades y no añadirles mucha sal.