Es una de las grandes pesadillas que nos persiguen cada vez que salimos a la calle. Siempre ocurre lo mismo, te encuentras en un lugar pequeño, rodeado de personas y cuando menos te lo esperas... lo tienes encima.
Tener gases es algo que le ocurre a muchas personas. Empiezas a notar una acumulación de gases que son casi imposibles de detener hasta que ya no puedes más y salen al exterior para el disfrute de todo los que te rodean.
Es algo irremediable en nuestras vidas. Aunque no queramos, de vez en cuando se nos escapa algún que otro pedete, si tienes suerte, será silencioso, aunque no es lo que ocurre en la mayoría de los casos.
A pesar de que nos avergoncemos al hablar del tema, tenemos que asumir que es algo totalmente normal y es un indicativo de que tenemos un sistema digestivo saludable.
Además de producir más de una situación un tanto cómica, los pedos son capaces de darnos mucha información sobre cómo estamos por dentro. Quién lo iba a decir, nuestro cuerpo nos da pista incluso de formas tan poco convencionales como esta.
¡Descubre los secretos que esconden nuestros gases!
¿Por qué se producen los gases o flatulencias?
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Las ventosidades son algo totalmente natural en nuestro organismo. Básicamente, todo ser vivo que coma tiene algún escape de gas. Los gases que se encuentran en tus intestinos provienen tanto del aire que tragamos mientras comemos como de las bacterias que descomponen los alimentos.
Las bacterias producen gases cuando rompen el almidón y los azúcares que nuestro cuerpo no digiere con facilidad, sobre todo aquellos que se encuentran en alimentos saludables. Todo el gas que se va acumulando durante el proceso digestivo al final tiene que ir a parar a algún lugar, tú ya sabes donde...
Las flatulencias o gases revelan muchas cosas sobre nuestro cuerpo
Como media, las personas llegan a tirarse 18 pedos al día (sí, tú también), pero es algo de lo que debemos sentirnos orgullosos.
Significa que tienes un sistema digestivo que funciona a la perfección repleto de bacterias saludables que nos ayudan durante el proceso digestivo.
Lo que la mayoría de personas desconocen es que dependiendo de la frecuencia y el olor, los gases nos dan algunas pistas sobre cómo estamos por dentro.
Tipos de pedos y sus significados
Gases inodoros
No te preocupes, aunque te tires 18 pedos al día la mayoría de ellos son completamente inodoros, por lo que ni tú ni nadie de tu alrededor se dará cuenta.
La mayor parte de los gases que expulsamos es dióxido de carbono, exactamente el mismo gas que exhalamos.
Pedos olorosos
La variedad de malos olores que podemos llegar a percibir cuando hay algún pedete flotando en el ambiente variará según los niveles de sulfuro de hidrógeno que contenga, este gas se crea cuando digerimos alimentos que contienen azufre.
Como puedes esperar, aquellos alimentos que se han ganado fama por transformar una simple ventosidad en algo más parecido a un ataque con gas mostaza son aquellos que tienen altos niveles de azufre. Sin duda, el brócoli, la coliflor, los lácteos, y por supuesto las judías están en este grupo.
Bombas químicas
Sabes perfectamente de lo que estamos hablando. Éste es el tipo de flatulencia que puede acabar con la vida de un autobús entero o que te hacen bajar las ventanillas del coche en pleno invierno.
Por lo general, aunque sea algo terrible para los que los sufren, suele ser el indicativo de que tenemos una dieta súper saludable. En algunos casos también pueden indicar una posible intolerancia a la lactosa.
Pedos silenciosos
La intensidad de ruido con la que expulsas tus gases al exterior en realidad no dice nada respecto a tu salud. Simplemente tiene que ver con la posición de los músculos en el momento del trueno.
Así que si alguna vez te tiraste algún pedete en un lugar público y tuviste la suerte de que fuese silencioso recuerda que sólo fue eso, suerte. La próxima vez puede que seas el centro de atención de todo el mundo.
Pedos frecuentes
Tirarse pedos con frecuencia no suele ser algo malo por lo general. Si sientes la imperiosa necesidad de dar libertad a los gases de tu organismo con demasiada frecuencia, puede que simplemente se deba a que estás siguiendo una dieta rica en alimentos que producen muchos gases durante el proceso digestivo.
Sin embargo, en algunos casos menos frecuentes, puede ser que sufras una proliferación bacteriana intestinal, que tal y como dice su nombre, puede ser que tengas un mayor número de bacterias que generen mucho más gases e incluso hinchazón.
Por lo general no es algo por lo que debas preocuparte a menos que pases todo el día rodeado de personas.
Bebe menos cafeína
Beber menos cafeína no hará reducirá la cantidad de gases dentro de tu organismo pero sí que te ayudará a que no se acumulen hasta que formen una descarga grande y sonora.
Se ha demostrado que la cafeína relaja el esfínter, lo que reducirá la acumulación de gases en esa zona. Recuerda, menos cafeína, mayor control.
Reduce los lácteos
Los alimentos lácteos suelen ser el factor más importante a la hora de producir gases en la mayoría de las personas.
Como ya explicamos antes, se trata de un tipo de alimentos ricos en azufre, además de ser bastante difíciles de digerir incluso para aquellos que no son intolerantes a la lactosa.
Come despacio
Comer muy rápido hace que traguemos más aire que luego se convertirá en gases. Lo mismo ocurre si consumimos demasiadas bebidas carbonatadas.
Procura comer sin prisas, así además de disfrutar más la comida y reducir la cantidad de gases, sentirás la sensación de saciedad antes, lo que te ayudará a comer menos.