Semana 4: Expande tus horizontes
Trata de vivir de forma diferente. Incluso las cosas más pequeñas pueden tener un gran efecto. Elige una ruta distinta al trabajo. Ve a ese restaurante que nunca has ido, o visita una tienda muy cara. Prueba algún tipo nuevo de deporte. Prueba a hacer eso que nunca habías hecho hasta ahora. Y cada día, cuando estés ocupado con cosas que sueles hacer todo el tiempo, pregúntate ¿Qué podrías hacer un poco distinto esta vez? Necesitas meterte en el hábito de probar algo nuevo cada día.
Sal de tu zona de confort. Por supuesto, si has conseguido llevar a cabo todos los pasos anteriores, ya llevas buena parte del trayecto conseguido. Pero necesitas ir un poco más lejos y mirar directamente a los ojos a tus mayores miedos. Y no sólo mirarlos, sino también luchar contra ellos. En este aspecto, me gustan los métodos más radicales. ¿Te dan miedo las alturas? Entonces deberías probar el salto en paracaídas. ¿Te da miedo tu jefe? Dirígete a él a solas con una nueva propuesta de proyecto. Si te cuesta conocer nuevas personas, ve a una fiesta en la que no conozcas a nadie (pero sólo tú, para que no puedas hablar con ningún amigo en toda la noche). Aprendemos nuevas cosas y crecemos como personas en esas situaciones.
Toma un descanso. ¿Qué pensabas? ¿Que iba a ser todo un gran trabajo? Tomarte un descanso significa que debes salir de tu casa, apagar el Wi-Fi, y pasar más tiempo para ti. También significa pensar un poco en lo que has hecho. ¿Cómo ha sido el último mes? ¿Qué cambios han ocurrido en tu vida? ¿Y cómo vas a continuar ahora que ya ha pasado este mes?
Las cosas que te esperan ahora que estás a mitad de camino (así es, no es el final, la aventura continúa para siempre) realmente te sorprenderán. Llevando a cabo todos estos pequeños cosnejos (que son realmente simples!) cada día y trabajándolos en tu vida, empezarás a sentir un nivel de armonía que nunca antes habías disfrutado. Empezarás a ver la luz al final del túnel… Sí, puede sonar un poco extraño, pero confía en mi. Es verdad.